La resonante causa por el megafraude con lotes y proyectos inmobiliarios que tiene al matrimonio de Héctor Andrés Storniolo y Patricia Nacif como los principales acusados tuvo este lunes novedades: de los 7 aprehendidos, a cuatro le dictaron la prisión preventiva y continuarán tras las rejas. Se trata del arquitecto Diego Reta, la abogada Mariana Pérez Bedini y los operadores inmobiliarios Federico Salinas y Ricardo Sánchez Montilla.
La defensa de estos cuatro imputados intentaron dejar sin validez la medida propuesta por el juez Gerardo Javier Fernández Caussi pero el fiscal de Impugnación Fabrizio Medici siguió firme con la postura de la medida cautelar impuesta por el magistrado de Garantías y fue la jueza Silvina Rosso de Balanza quien ratificó la prisión preventiva impuesta por el plazo de dos meses más.
La causa tiene al matrimonio de Héctor Andrés Storniolo y Patricia Nacif como los principales acusados. Cabe recordar que en la megacausa se investigan multimillonarias estafas con la venta de lotes en departamentos como Pocito, Rawson y Rivadavia.
La causa había incluido al ingeniero agrónomo, Juan Mauricio Gallerano. Pero la semana pasada, este profesional acordó una reparación integral del perjuicio a unas 300 personas a las que -previa venia de Fiscalía- les prometió la urbanización y escrituración de sus terrenos en tres loteos comercializados a través de la firma Tramonto, en la que también eran socios Storniolo y su esposa. Gallerano prometió saldar cuentas en plazos que van de un año a dos años. Si cumple la causa se borrará de su planilla prontuarial; si no, podría volver a prisión.
Hasta ahora, la investigación reveló que Storniolo y su esposa comercializaron lotes (al menos desde 2016) en 24 emprendimientos o loteos en Rawson, Pocito y Rivadavia, a través de 7 empresas. Según Fiscalía, en muchos casos no cumplieron, porque los terrenos no eran de su propiedad. Porque Storniolo emitió cheques sin fondos por $282.717.420 y su esposa otros, también sin fondos $758.400. Porque hablaron de convenios inexistentes para conseguir la electricidad o el agua potable. Porque en algunos casos, para aparentar, llegaron a realizar conexiones clandestinas de esos servicios. Y porque se llegó al extremo de que un mismo lote fue vendido hasta cuatro o cinco veces.

