El trámite de rigor en un juicio abreviado acordado entre el imputado y su Defensa con Fiscalía, incluye un acto procesal ineludible: que el juez le pregunte al sospechoso si acepta los hechos y la evidencia que lo vincula como autor de un delito. Hoy, esa situación tuvo una particularidad: el magistrado, Gerardo Fernández Caussi, se puso de pie tomó un micrófono y en tono elevado, le consultó a un anciano de 72 años si conocía los alcances de esa salida procesal y si estaba de acuerdo con la condena pactada: 3 años en suspenso (sin detención) y el cumplimiento de reglas de conducta por igual período, entre las que se incluyen no acercarse a menos de 200 metros ni molestar por ninguna vía (personal, telefónica o electrónica) a su nieta que hoy tiene 14 años, ni a los padres de la menor.

Sin poder determinar de dónde provenía la voz, porque el imputado apenas puede ver y escuchar, admitió su culpa (cuando ocurrieron los hechos no tenía esas afecciones, dijeron) e instantes después terminó castigado. Pero pudo volver a su casa, acompañado por dos de sus hijos. En la audiencia también estuvieron presentes la fiscal, Andrea Insegna y su ayudante, Fernando Guerrero (UFI ANIVI), y el representante de la Defensa Oficial, Lucas Quiroga.

El hecho que terminó con un castigo para ese hombre que se moviliza utilizando un bastón, había sido denunciado por la directora de la escuela a la que concurre la niña, el 8 de julio de 2024. Por entonces la habían visto triste y era notoria su baja en el rendimiento escolar, porque incluso repitió de grado.

Fue ahí que le contó a una docente que un día de verano cuando era niña y jugaba en la casa de su abuelo, ingresó a tomar agua y él la acorraló, la manoseó y la intentó besar. Ese mismo día, en un segundo encuentro, le ofreció 100 pesos a cambio de que se dejara tocar.

Los psicólogos concluyeron que la niña no mentía y presentaba en su conducta los usuales indicadores de los niños abusados.

Tras la denuncia, el sospechoso no se presentó a numerosas citaciones y por eso Fiscalía le pidió al magitrado que lo detuviera. El acusado quedó preso el pasado 20 de agosto y al otro día quedó formalmente imputado por el delito de abuso sexual simple agravado por el vínculo, maniobra que reconoció hoy antes de ser condenado.