Al marido lo atacaron con una especie de lanza casera: un palo de escoba con un cuchillo atado en uno de sus extremos; le dieron en el pecho, pero no lo lastimaron de gravedad. A su hija de 17 años la golpearon con un hierro en la cabeza y hubo que hacerle 4 puntos. Ella fue golpeada en la espalda con una especie de martillo, pero pudo recuperarse. Pero el costo más riesgoso de ese violento cruce con su familia vecina lo sufrió su hijo, que recibió un ladrillazo desde muy cerca en la zona del ojo derecho; allí sufrió una fractura en el hueso del costado y debieron hacerle 8 puntos de sutura en el pómulo.
‘Mi hijo no ve nada de ese ojo, lo tiene muy inflamado y ojalá que no lo pierda. Hoy lo va a evaluar una oftalmóloga porque dice que ahi sufrió un derrame importante. Fue un intento de homicidio lo que hicieron contra nosotros, vamos a intentar hablar con el jefe de Policía y vamos a poner un abogado porque esto no puede quedar así’, dijo hoy Yésica Vega, una de las víctimas del violento cruce que protagonizó su familia con sus vecinos de al lado, a los que identificó como Rosa Girós, su pareja, Ricardo Balmacda, y sus seis hijos menores.
Todo pasó el pasado sábado alrededor de las 13 en la calle Devoto al 230 Oeste, Villa Krause, Rawson. Ese día el marido de Vega, Ricardo Villafañe, había sacado cosas en desuso a la calle (se dedica a comprar y restaurar cosas antiguas para venderlas), cuando un hombre en carretela paró para llevárselas.
Entonces se produjo un altercado con sus vecinos por el caballo, pero la discusión pronto alcanzó a Villafañe y enseguida todo se convirtió en una pelea de cuatro (los Villafañe) con otra ocho, sus vecinos con todos sus hijos más dos amigos de la familia.
Además de las improvisadas armas, llovieron las piedras y los trozos de escombros en la casa de los Villafañe, que terminaron sufriendo el costo de ser menos en el enfrentamiento.
Del otro lado, uno de los hijos de la otra familia también sufrió un corte por el que debieron hacerle al menos dos puntos. Y esa familia también denunció a los Villafañe: ‘Ella tiene un pariente que es policía y no sería raro que le recomendara denunciarnos, porque ellos denunciaron primero’, dijo Vega.
Según la mujer, los cruces con sus vecinos recrudecieron el pasado mes de agosto, días después del Día del Niño, cuando se metieron y les robaron las cámaras de seguridad y tres bicicletas. Al ponerse a ver los rastros, descubrieron marcas en la pared que guiaban hasta sus vecinos y en los allanamientos la policía logró secuestrarle a los denunciados, dos de esos tres rodados sustraídos.
‘De ahí viene la bronca, los ‘baticanas’ nos dicen, pero nosotros y nuestros vecinos estamos cansados, porque ellos tienen problemas con todos tienen problemas. Nuestros vecinos nos apoyan, si ellos no hubieran llamado ese día a la policía, no paraban, si ella les decía mátenlos, a ustedes no les van a hacer nada son menores. Gracias a Dios no hubo una desgracia’. concluyó Yésica Vega.

