Es el principal escudero kirchnerista en este tema y ayer, en su paso por la provincia, arremetió contra los grupos mediáticos más importantes y defendió la iniciativa oficial.
-¿Qué peso van a tener las opiniones de la ciudadanía?
-Se van a considerar, por supuesto. Estos foros de hacen para que al proyecto de ley le podamos agregar los aportes que cada ciudadana haga. Los que están en línea filosófica con el Ejecutivo van a ser incorporados al texto y los que no, van a ser enviados a las comisiones para que los legisladores nacionales que se sientan interpretados puedan dar cuenta de esa posición.
-¿Quedan afuera los que piensan distinto?
-No. Nosotros tenemos una posición filosófica de no monopolio. Decimos no más de 10 licencias en el país y si alguien viene a decir que tenemos que seguir con con 24 licencias o aumentar a 50 licencias, no va a coincidir con nuestra propuesta. Vamos a escuchar al ciudadano y eso aporte irá al Congreso, porque quizás algún diputado comparte esa posición filosófica.
-¿Hay relación entre los grandes grupos económicos que invierten en medios y la oposición?
-Cada sector político puede hacer lo que quiera. Lo que esta ley de la democracia establece son los reglamentos básicos para poder convivir y para que nadie, en nombre de la libertad de prensa, se apodere de la voz del resto.
-¿Los grupos monopólicos que pretende la ley hacer desaparecer están metiendo presión?
-La presión se ha manifestado en 25 años y hoy advertimos que la presión que están dando es estigmatizar, tergiversar y por todos los medios intentar silenciar el debate. El gran problema que tiene los grupos con posición dominante en el mercado es que por primera vez un Ejecutivo se ha involucrado de una forma muy firme. Quieren aprovechar el status quo.
-¿A qué responden las interferencias de TN?
Sería muy bueno preguntarle a TN, que ya sabe. Ellos hicieron una campaña entre el 24, el 25 y el 26 de marzo vinculando el debate de la Ley de Radiodifusión a las interferencias. El COMFER y la CNC analizaron el espectro y no provenían de Argentina. Se determinó que las interferencias provenían de México. Las sospechas, Artear la montó sobre el debate de la ley y cuando se enteraron del origen de las interferencias, no lo dijeron con la fuerza para equilibrar la sospecha que montaron.
