La Cumbre del Mercosur pondrá en San Juan entre mañana y el martes un monstruoso operativo de seguridad nunca antes visto en la provincia y uno de los más grandes del país. Cada presidente tendrá en sus traslados en movilidad a alrededor de 20 personas y habrá 5 fuerzas distintas trabajando en conjunto con un despliegue de alrededor de 1.500 hombres, más de la mitad traídos especialmente para el encuentro de Cristina Fernández, Fernando Lugo (Paraguay), José Mujica (Uruguay), Inácio Lula Da Silva (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela).

Para cada presidente en la carretera, se activará una "cápsula", que en la jerga de seguridad, supone un acompañamiento de alrededor de una veintena de efectivos. Junto al auto blindado irán de 2 a 4 motociclistas de la Federal, dos coches de seguridad, un móvil de la Policía provincial, un móvil de GEOF (Grupo Especial de Operativos Federales), más los propios custodios y otras patrullas y motos para los cortes de tránsito provisorios. La caravana se completa con un auto de protocolo y una ambulancia.

Los datos, proporcionados por altas fuentes de la Policía Federal, hablan de un impresionante dispositivo que ya está en marcha hace días con la revisación y preparación de lugares y registro de las personas que circularán por las tres zonas afectadas a la Cumbre: las aledañas a los hoteles Alkázar y Del Bono Park y al Centro Cívico.

Según las fuentes, el operativo de seguridad para San Juan es de los más grandes que se activan en Argentina cuando hay encuentros de presidentes.

Sólo supera este operativo el que se organiza para la Cumbre Iberoamericana, que al haber más de una docena de mandatarios participando, tiene más hombres en acción, pero conserva los formatos generales.

El de ahora se implementa con un comando unificado capitaneado por una de las fuerzas nacionales. En este caso, está a cargo de la Policía Federal y del superintendente del Interior y de Delitos Complejos de esa repartición, Horacio Jiménez. En este marco, para el dispositivo actuarán unos 430 efectivos de la Federal, unos 400 de Gendarmería Nacional, unos 130 de la Fuerza Aérea, unos 130 de la Policía Aeroportuaria y unos 380 de la Policía de San Juan. De ellos, más del 50 por ciento es de afuera de la provincia.

A su vez, cada mandatario extranjero traerá su propia custodia. El venezolano Hugo Chávez suele ser el que más importante número de guardaespaldas muestra. Según fuentes calificadas, en las primeras visitas a Argentina, su comitiva de custodios llegaba a los 300 hombres, pero esta cifra fue bajando a medida que aumentaban sus desembarcos. Para esta oportunidad, donde se espera que Chávez también llegue, no se conoce con qué compañía lo hará. Los que conocen de cumbres contaron que vienen vestidos de traje, que algunos vienen de encubierto entre los funcionarios y que a veces traen perros.

Más allá de las consignas de cada equipo de custodia, una vez ingresados al país, quedan a disposición del comando unificado y reciben órdenes como cualquier argentino, a manera de coordinación de esfuerzos. No existen conflictos de jurisdicciones, aseguraron las fuentes.

El sistema "cápsula" tendrá su punto álgido cuando los mandatarios se trasladen por tierra, lo que se prevé entre Aeropuerto y hotel y entre hotel y Centro Cívico, para todos los presidentes.Y para Cristina, Lula y Evo, a sus citas particulares. Esto, porque ella tiene agenda en el barrio Los Andes en Chimbas mañana a las 15.30 y se prevé que el martes a la siesta sostenga una reunión bilateral con el brasileño en Casa de Gobierno, por lo que ambos viajarán por la Libertador hasta Paula Albarracín de Sarmiento a plena luz del día; y el boliviano tiene actos mañana a la tarde en el Auditorio, y el martes a la siesta en el estadio cerrado y en la cancha de San Martín.

Para los traslados por ruta está previsto que se use un coche blindado que, según las fuentes, los provee Cancillería y suelen ser autos de alta gama como Mercedes Benz, Audi o BMW con vidrios polarizados, que resisten ciertos ataques como de fusiles o balas 9 milímetros pero, lógicamente, un misil puede dañarlos.

Cuando los presidentes anden a pie, como cuando recorren instalaciones o pasan de una sala de reuniones a otra, dependiendo el contexto, se activa un cordón de 5 ó 6 personas que acompañan a cada mandatario en todo momento.

En todo el dispositivo corren protocolos de seguridad internacionales que hay que respetar. Y también pesa la personalidad de cada mandatario y sus indicaciones personales sobre cómo se siente cómodo. En las medidas a tomar, además, naturalmente juega el contexto y la calidad de la gente con la que estará en contacto el presidente, porque no es lo mismo el esquema para un sistema de cerrojo que se haga en una sala de reuniones o en una villa, dijeron las fuentes.