Sin sobresaltos y con fuertes medidas de seguridad. Así fue la noche que Cristina Fernández durmió en San Juan el 8 de agosto del año pasado, marcando un hito tras más de una década sin presidentes pernoctando en la provincia. Dentro de las paredes de la Casa Número Uno, dentro del complejo de Gobierno de Avenida Paula Albarracín, quedaron guardados los secretos de la vida íntima de la mandataria. Allí la peinaron y maquillaron y allí se cambió varias veces en la jornada que la tuvo como protagonista. Aquella vez, como ahora, vino sin Néstor.

Ayer también se vieron extremos preparativos para la llegada de la primera dama que se hospeda por segunda vez en el lugar. Ayer en Casa de Gobierno había un cordón de seguridad rodeando la zona, policías y vallados, y un estricto acceso de personas al perímetro que rodea la Casa Uno. También se vio personal de Casa de Gobierno llevando y trayendo bolsas, que algunos señalaron como material de blanco y decoración.

En Gobierno valoran que la Presidenta prefirió quedarse en esa residencia (que es para uso del gobernador y de su familia pero que Gioja nunca la usó para eso) en lugar de la suite del cinco estrellas. Además de la privacidad, ese gesto se puede leer en la línea de la nueva imagen que desde el revés del conflicto con el campo, intenta irradiar la Presidenta. Fue uno de los rasgos más característicos de la visita de hace casi 9 meses, cuando dejó atrás la imagen gélida pre conflicto agrario para darle paso a una impronta renovada y abierta al cariño de la gente.