En medio del debate que se desató esta semana por el tan mentado y polémico ‘blanqueo de capitales’, quedaron casi a un costado los beneficios que pueda traer una de las dos herramientas que lanzó el Gobierno nacional y que, se espera, el Congreso rubrique en forma de ley: el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE).
A decir por lo anunciado por el equipo económico en pleno, se trata de un instrumento al que se podrá suscribir a través de cualquier entidad financiera o por medio de los nuevos agentes del mercado de capitales y se emitirá en distintas denominaciones: 100, 1.000 y 10 mil dólares. Vencerá en el año 2016 y se prevé que pague un 4 por ciento de interés anual. Ahora bien, ¿conviene? Para la mayoría de los economistas, no. Es que hay otras herramientas en el mercado como el Boden 2015 o el Bonar 2017 que tienen mejores rindes, y resultan hasta más confiables. Igual en el Gobierno esperan que arroje sus frutos.
“Creemos que va a ser movilizador de recursos ociosos hacia un sector que es estratégico para este modelo de desarrollo, como el sector energético. Ese ahorro será destinado a programas de inversión de YPF y a otros proyectos de infraestructura”, explicó esta semana el ministro de Economía, Hernán Lorenzino.
Volviendo al BAADE. Se podrá adquirir en forma física, lo que requerirá ir a cobrar a la ventanilla del banco el interés en forma semestral, o de manera electrónica. En ese caso se pagará a través de la Caja de Valores. Los títulos son transferibles como cualquier otro bono, de modo que cotizarán en el mercado secundario, precisaron desde Economía.
Este bono se enmarca dentro de la nueva ley del mercado de capitales, uno de cuyos objetivos es la creación de nuevos instrumentos financieros, y prevén que sea de fácil acceso para todas las personas con capacidad de ahorro, las grandes empresas o las familias.
