El cardenal Jorge Bergoglio advirtió ayer sobre el "encantamiento" de una economía que ofrece posibilidades para todos, menos para los que no están incluidos en el sistema, al cerrar en Rosario el I Congreso Nacional de Doctrina Social de la Iglesia.
"Los síntomas del desencanto son variados pero quizás el más claro sea el de los "encantamientos a medida". El encantamiento de la técnica que promete siempre cosas mejores, el encantamiento de una economía que ofrece posibilidades casi ilimitadas en todos los aspectos de la vida a los que logran estar incluidos en el sistema", aseveró en la misa de clausura en la sede rosarina de la Universidad Católica Argentina.
El arzobispo porteño sostuvo que "el desencanto, sostenido por encantamientos a medida, tapa y distrae del verdadero drama que es la falta de esperanza" y reclamó una "buena dosis de humildad" para responder a problemas sociales de la Argentina, y de un mundo que "vive y muere en la miseria más espantosa, en algunos rabiosa, en otros resignada".
Bergoglio también exhortó a los argentinos a la caridad y la solidaridad y consideró que es necesario proteger "cada vez más esa dignidad humana tan veces pisoteada, explotada, disminuida, esclavizada".
Ante los 1.500 delegados diocesanos y cuadros intermedios de la política, el sindicalismo y la empresa reunidos en Rosario, el primado argentino llamó a "despertar la projimidad", a la que definió como "esa particular sensibilidad que nos hace descubrir a nuestros hermanos más pobres, más necesitados y más injustamente tratados". "Recién entonces puede brillar en nuestros corazones la esperanza. Esa esperanza que este mundo desencantado y fabricador de encantamiento a medida nos pide a los cristianos", subrayó.
Previo a la misa, el obispo Jorge Lozano, de Gualeguaychú, leyó el mensaje "Hacia una nueva imaginación de la justicia y la solidaridad", en el cual el Episcopado alentó a los argentinos a "fortalecer la fraternidad y la amistad social".
Lozano reiteró la preocupación de los delegados de todo el país por la pobreza y la inequidad social, el "descreimiento creciente" en las instituciones y baja participación ciudadana, la tolerancia social y "mensajes ambiguos" al consumo de drogas desde cada vez más temprana edad, y el incumplimiento de las leyes que garantizan la propiedad de la tierra a los pueblos originarios.