Dirigentes cautos, pero con la satisfacción del deber cumplido, fue la imagen que se repitió en los locales de los partidos más chicos, que ayer fueron a las urnas en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Una vez cerrada la votación, los candidatos esperaron en sus bunkers, rodeados de algunos pocos militantes, atentos al escrutinio y algunos muy agotados por el trabajo de fiscalización que hicieron durante la jornada, que comenzó con quejas por la falta de votos dentro de las urnas.
Mate de por medio, en Dignidad ciudadana, Alberto Sánchez, que encabezaba la lista y el presidente del partido, Fernando Moya esperaban los resultados oficiales y también a los militantes que seguían recabando datos en las escuelas. Sánchez aseguró estar "contento" pero aseguró que las "irregularidades han desprestigiado esta elección, la han descalificado", para luego aseverar que "se soluciona con la boleta única y el voto electrónico", y confió en que superarían "holgadamente el 1,5 por ciento" y se animó a afirmar que será "la mejor elección, aún con estas dificultades".
En la Cruzada Renovadora, Nancy Avelín fue categórica en pedir explicaciones. "Estamos preocupados, porque hubo cuestiones que hace falta que se aclaren para el pueblo y el bien del sistema democrático", y aunque no dio muchos detalles, pero se centró también en la falta de boletas: "Hemos mandado votos para cubrir todas las mesas de la provincia, entonces alguien tiene que explicarnos qué pasó porque los votos no estaban".
Dónde sí hubo más algarabía fue en la UCR. Nervioso, en la vereda, Hugo Domínguez, esperaba la definición de esta primaria que lo tenía como candidato por primera vez. Y aunque también se quejó por lo votos contó que en su partido había "sonrisas y gritos que hace muchos años que no se daban, me llena de satisfacción. Pusimos lo mejor que teníamos en la parrilla" sostuvo Domínguez.
Cansado, tensionado estaba Alberto Agüero, de la lista Del Pueblo y del Trabajo, contó que la falta de votos llevó a situaciones insólitas como que algunos de sus "propios afiliados, jóvenes, votaron en blanco porque no había votos". El dirigente que disputaba el cargo con Mary Garrido, que encabezó la lista Izquierda roja y verde, dijo preferir "esperar los resultados"; mientras Garrido se mostró esperanzada en superar el 1,5 %. "Es muy desigual la batalla que peleamos", dijo Garrido, sentada frente a una computadora siguiendo por internet la elección nacional.
En la Izquierda por una Opción Socialista, Gloria Cimino, sólo querían terminar la jornada que había sido "agotadora" porque habían trabajado "a pulmón".