Los peritos que trabajaron para el abogado Santiago Graffigna quedaron bajo la lupa del fiscal General subrogante, José Mallea, y del fiscal de Estado, Guillermo De Sanctis. Se trata de 3 profesionales que tasaron 5 terrenos que el Estado expropió y por los que el juez Carlos Macchi condenó a pagar sumas exorbitantes. Los acusadores hicieron hincapié en que en los informes, incluyeron y valuaron veredas y muros que nunca existieron, según las constancias de los expedientes. Por eso, el primero aseguró que al finalizar el Jury contra el magistrado “está estudiando” pedirle al Tribunal que envíe las copias a la Justicia para que investigue a esos profesionales, mientras que el restante resaltó que “se han incorporado hechos y pruebas falsas en los planos”, por lo que “no descarto una falsedad ideológica de instrumento público”.
La consecuencia de la tasación de esos ítems a valores actuales, más intereses, llevaron a las indemnizaciones a cifras siderales. En 3 de los 5 casos, el juez tuvo en cuenta sólo esas pericias, ya que dejó afuera las que elaboró el Tribunal de Tasaciones porque no las presentó a tiempo.
Es la primera vez que los fiscales hablan de poner el acento en los peritos de Graffigna, lo que refuerza la hipótesis de la connivencia entre varios actores en la megaestafa. El dato se conoció ayer en la inspección ocular que realizó el Tribunal y las partes en 4 de los 5 inmuebles en los que se sospecha que hubo una sobrevaluación de los precios. El recorrido incluyó la vereda del caso “Ruiz, Guillermo” de 700 m2, las 5 hectáreas del Parque de Mayo en donde se encuentran los estadios, la vereda de 124 m2 del expediente “Herrería” y las casi 2 hectáreas de un tramo del canal Benavídez. Tras la inspección, los fiscales resaltaron que los montos fijados fueron desmedidos, teniendo en cuenta las dimensiones de los predios. En el primero, la provincia pagó 25 millones de pesos, mientras que en los restantes hubo condenas que fueron frenadas por una cautelar de la Justicia. En Parque de Mayo fueron 1.500 millones de pesos, 1,8 millones en “Herrería” y 70 millones en canal Benavídez.
Para que las sentencias de Macchi llegaran a esas cifras, mucho tuvieron que ver las pericias de los profesionales que contrató Graffigna. Esto se debe a que los rubros que se incorporaron se le agregaron los intereses. “Creo que deben dar explicaciones sobre cómo tasaban rubros que ni siquiera existían, sólo en la imaginación”, disparó el fiscal Mallea. En el mismo sentido, De Sanctis manifestó que hubo incorporación de elementos falsos en los planos. Uno de los peritos fue el ingeniero Fernando Videla quien participó en “Ruiz, Guillermo”, Parque de Mayo y canal Benavídez. En el primero, fijó un precio por el inmueble libre de mejoras por un 300% más que el valor que estableció el Tribunal de Tasaciones. Además, consideró que hubo veredas y muro de cierre que los fiscales aseguran que no existen en los expedientes. Es más, en la inspección ocular, 2 vecinos de la zona (Domingo Di Paola y Margarita Allende), aseguraron que nunca hubo esos rubros. En Parque de Mayo, incorporó una bodega que terminó costando 10 millones de pesos y describió una construcción atípica para un muro de 1924: de hormigón armado y de 2 metros de altura. Y en canal Benavídez, también determinó que se encontraban esos 2 ítems. Lo sospechoso es que se trataba de los fondos de terrenos rurales, en los que no suele haber este tipo de mejoras. En el caso “Herrería”, intervino el ingeniero Juan Pablo Quiroga, quien tasó veredas y muros, cosa que no hizo el órgano tasador. Y en la causa “Anes, Ramón” (9 hectáreas en Cuesta del Viento que costaron 12 millones de pesos), participó el perito Víctor Bustos, quien tasó a valores urbanos un inmueble que era rural, según la acusación.