Los 92 votos de diferencia que hubo en las primarias entre el hombre del Frente para la Victoria, Jorge Agapito Gil y Daniel Albarracín, del Frente Unión Producción y Trabajo, dejaron a la vista que la de ayer iba a ser una elección donde cada voto tenía un peso específico extraordinario. Y finalmente así fue, pero con la diferencia que la ecuación se revirtió y fue el basualdista el que festejó con el 52,41%, mientras que Gil obtuvo el 43,27%. Con estos claros guarismos se quedó con el sillón municipal, dejando atrás 16 años en los que los destinos del municipio habían sido comandados por Gil (periodo 1995 a 2003) y Alfredo Ortíz (periodo 2003 a 2011). El tercer lugar, cómodo, fue para Alberto Molina, del Frente Todos por San Juan.

Los fríos números cayeron como un balde de agua fría en el seno del Frente para la Victoria, que a fuerza de encuestas favorables confiaba en que la victoria esta prácticamente asegurada, cosa que se cayó a pedazos ayer ni bien asomaron los primeros dato y fue el actual diputado departamental que reconoció la derrota: ‘’Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance, tengo la paz del trabajo cumplido. El pueblo no se equivoca, por eso nos ponemos a disposición del electo intendente”, concluyó Gil, en declaraciones que realizó minutos antes de las 21 de ayer a DIARIO de CUYO on line.

Históricamente no fue sencillo para los oficialismos en Ullum afirmarse como favoritos cada vez que tenían que reafirmar su poderío en las urnas. Los 3.102 electores que tiene el departamento habilitados para votar en estas elecciones debían ser, uno por uno, tratados de forma personal por los candidatos, para no pasar sobresaltos. Otra de las aristas que tienen este tipo de localidades chicas es que, en mayor o menor medida, todos se conocen y como dicen en la cancha es difícil que puedan ‘venderle humo’ al electorado.