El diputado kirchnerista Ariel Basteiro negó ayer que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner promueva la reprivatización de parte de Aerolíneas Argentinas y atribuyó el trascendido a un presunto complot entre un funcionario nacional, un empresario argentino, el gremio de los pilotos de Austral y el sindicato de técnicos aeronáuticos.

Las versiones sobre el presunto plan reprivatizador de parte de la compañía trascendieron luego de que al menos 20 aviones fueran demorados en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery por una disputa interna en el gremio de los controladores de vuelos. Pocas horas antes, la presidenta había exhortado a los sindicatos de áreas de servicios públicos a cambiar sus métodos de protesta y no interrumpir las prestaciones para no perjudicar a los usuarios.

"La presidenta convocó de urgencia a Olivos, la semana pasada, al ministro de Planificación, Julio De Vido, y le encomendó lo que pretende convertir en estocada para el sindicalismo aeronáutico: le pidió que empezara a transmitirles a esos dirigentes que, por orden de la jefa del Estado, el Gobierno empezaría a buscar un socio local para ambas compañías", publicó a principios de marzo el diario porteño La Nación, dando origen a las especulaciones sobre una eventual reprivatización.

Al interpretarlo como un mensaje indirecto de la presidenta frente a las disputas gremiales, el diputado opositor Omar De Marchi (Partido Demócrata) consideró ayer en declaraciones radiales que Fernández de Kirchner dijo: "Basta porque, si no, se ordena la cosa de otra forma. Dejen de tirar de la cuerda porque, si no, llamo a un privado y esto se ordena".

Por su lado, el diputado Ariel Basteiro (Nuevo Encuentro) argumentó que la presunta confabulación es concretada para forzar la venta de acciones de la compañía, aunque evitó poner nombres al funcionario y al empresario que presuntamente sostienen el complot.

Pese al rechazo de la supuesta intención presidencial de reprivatizar parte de la empresa, Basteiro reconoció sin embargo el rechazo de la administración central de la profundización de "las internas gremiales" que dificultan la gestión y el normal funcionamiento de Aerolíoneas, y la búsqueda de una solución.

"La presidenta no hizo ninguna declaración con intención de querer privatizar parcialmente Aerolíneas", enfatizó Basteiro, filokirchnerista y ex gremialista del sector. El diputado definió luego a los trascendidos al respecto como "versiones que corrieron por parte de algún funcionario, que habría que ver por qué motivo las dijo y cuál es la verdadera intencionalidad". El legislador sostuvo que "hay intereses que se están jugando y debe haber alguna intencionalidad, quizá de algún dirigente sindical y quizá de algún empresario nacional, que quieren generar condiciones para que se hable y se vuelva generar un escenario posible para que Aerolíneas se privatice parcialmente".

En declaraciones a radio Mitre, dijo que, "históricamente, el gremio de pilotos de Austral y un sector de (el sindicato de) los técnicos aeronáuticos vienen proclamando la separación de Austral de Aerolíneas Argentinas en sus fases operativa y administrativa, para iniciar así un proceso de privatización en la compañía controlada por Aerolíneas, que es Austral".

Por su parte, De Marchi consideró como un "chicos absolutamente inexpertos' a los máximos responsables de la compañía, presidida por Mariano Recalde, integrante de la juvenil agrupación kirchnerista La Cámpora e hijo del representante legal de la CGT y diputado oficialista, Héctor Recalde.