Buenos Aires, 23 de julio.- Tras postergar ayer el tratamiento de los pliegos de los jefes de las Fuerzas Armadas y en medio de los cuestionamientos a César Milani, Cristina Kichner hizo una fuerte defensa de la política de Derechos Humanos de su gestión y de la de Néstor Kirchner.

La mandataria aseguró que no aceptará "linchamientos mediáticos" y que no será "títere de nadie", al tiempo que atribuyó la cuestión "a parte de la campaña electoral".

"Durante 10 años nos acusaban a Néstor Kirchner y a mí de actuabamos por venganza y revanchismo. En realidad no se estaba juzgando a ninguna institución, sino a personas concretas de carne y hueso que habían cometido esos delitos", sostuvo la jefe de Estado.

Luego, Cristina Kirchner consideró que "los mismos" que acusaban al kirchnerismo de "vengativo y malo contra las Fuerzas Armadas" son aquellos "que se sentaron en una banca y sancionaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final".