La provincia finalmente tendrá en su poder el campo Caballo Anca, un terreno de casi 64 mil hectáreas ubicado entre Jáchal y Valle Fértil en el que la gestión giojista planea desarrollar emprendimientos ganaderos y agrícolas. El Gobierno expropió el terreno en 2008, pero el proceso para que quede a nombre del Estado se vio demorado por la presentación de planteos judiciales de supuestos propietarios. Tras la resolución de esos recursos, el Ejecutivo tomará posesión el próximo 28 de junio. En la práctica significa que a partir de esa fecha ya puede hacer obras e instalarse en el lugar, explicó el fiscal de Estado, Guillermo de Sanctis. De todas formas, van a esperar hasta fin de año los resultados de los estudios sobre el clima y la cantidad de agua para ver qué tipo de cultivos o actividades son las ideales. El esquema es buscar los recursos, invertir y dejar el lugar disponible para luego parcelarlo y venderlo a productores interesados.

Para tener una idea de las dimensiones, Caballo Anca supera en superficie al Gran San Juan, que en total tiene 59.100 hectáreas. El Gobierno descubrió y centró su atención en el campo cuando estaba desarrollando el proyecto de la ruta 150, la cual pasa por uno de los costados (ver infografía). La importancia del terreno radica en sus potencialidades. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) determinó que la calidad del suelo para el cultivo es buena. Por esa razón, en la mira oficial está la posibilidad de impulsar la actividad agrícola y especialmente la ganadera. El ministro de la Producción, Marcelo Alós, aseguró que lo ideal sería que se desarrolle este último rubro, ya que permitiría la diversificación y contar con una alternativa que San Juan no tiene. Además, el organismo está llevando a cabo un informe sobre las temperaturas en las distintas estaciones del año para saber qué cultivo es el más apto. Los resultados estarán listos para fin de año y a partir de ahí “vamos a tener un panorama”, destacó Alós. El ministro señaló que analizarán cuánto costará dejar productiva la zona, qué inversión hará el Estado y si buscarán fuentes de financiamiento a través de entidades bancarias. Tras ese paso, parcelarán las distintas áreas (de acuerdo a los tipos de cultivos) y las venderán a los productores.

Las 63.987 hectáreas que conforman el campo Caballo Anca estaban bajo el dominio de 7 titulares, quienes lograron la posesión veinteañal de los terrenos en 1992, informaron desde Fiscalía de Estado. En 2008, el Gobierno encaró la expropiación y la Cámara de Diputados declaró la utilidad pública de la totalidad del predio. Ahí comenzó el proceso y el Tribunal de Tasaciones fijó el valor del inmueble en 7.260.000 pesos. La provincia depositó el dinero a fines de 2011 y si bien estaba en condiciones de tomar posesión del lugar, decidió esperar hasta que se resolvieran los planteos judiciales de supuestos propietarios que esgrimían sus derechos. El reclamo de muchos de ellos fueron rechazados de plano por la Juzgado Contencioso Administrativo porque no acreditaron ningún tipo de posesión. Una de las presentaciones de un supuesto heredero fue la que más se extendió. Tras apelar la negativa durante la primera instancia, en mayo, la Cámara Civil confirmó el fallo que le denegaba derechos sobre alguno de los inmuebles.

Luego de la resolución de los recursos, la titular del Contencioso Administrativo, Adriana Tettamanti, fijó para el 25 de este mes una audiencia para establecer la posesión de los terrenos y la indemnización para los antiguos propietarios. Para tratar de mantener el valor del capital, el organismo que representa los intereses de la provincia pidió que el dinero se pusiera a plazo fijo, destacó De Sanctis. A mayo de 2013, el monto de lo depositado es de 8.055.000 pesos. Para el 28 de junio, el Estado tomará posesión del inmueble y continuará con los estudios para establecer sus características, aseguró Alós. Luego de ese acto, sobrevendrá la sentencia que ordene inscribir el inmueble a nombre de la provincia.

El campo además se ha visto favorecido por la instalación de una línea eléctrica de 132 kilovoltios, lo que permitirá la extracción de agua a través de bombas, y por la cercanía de la ruta 150 que se está construyendo, la cual es un acceso vital.