La mujer llegó con la imagen de San Expedito, dentro de una bolsa. Traía al Santo desde el oratorio que está en Angaco y lo único que quería es que se lo acercaran al Gobernador. “Que llegue lo más cerca posible. No importa si yo no puedo pasar, pero que San Expedito le llegue”, pidió Estela Vílches. Fue cuando una persona allegada a la custodia tomó la imagen y la introdujo al hospital. Media hora después, se la devolvió a Estela, que tenía lágrimas en los ojos. Mientras tanto, Dora Forte, repartía estampitas a la gente que estaba apostada en el lugar, incluso hasta a los funcionarios. “Quiero que la primera imagen le llegue a Gioja, porque San Expedito lo va a salvar. De eso estoy segura”, dijo la mujer.
Postales de fe. Esto es lo que se vive desde el viernes pasado en la puerta del Hospital Rawson. La gente va al lugar para rezar por la salud del Gobernador y no importa la hora del día o si tienen que viajar kilómetros para llegar hasta allí. Por ejemplo, ayer, cerca de la medianoche, un grupo de vallistos rezó un rosario y poco antes de esto se celebró una misa en el hospital.
Los rezos no cesan y las cadenas de oración se arman espontáneamente a cada rato. Sólo basta con que alguien haga la señal de la cruz para que inmediatamente se arme un círculo improvisado y comience la oración, todo, en el más absoluto respeto. La esperanza sobrevuela el ambiente. Todos están convencidos que la fuerza de la oración incidirá en el estado de salud de Gioja. Es que desde que ocurrió el accidente, las jornadas están marcadas por la fe. La gente llega desde distintos puntos de la provincia. Hay niños, jóvenes y hasta gente de avanzada edad.
Imágenes de santos, estampitas, rosarios. Todo es válido a la hora de desear mejoría a los accidentados. Muestra de esto fue un centro de jubilados llegó con una Virgen de la Medalla Milagrosa bajo el brazo y una premisa clara: elevar plegarias a Dios por la pronta mejoría del Gobernador y los accidentados en Valle Fértil. Y ni bien los abuelos llegaron al lugar se sumaron a la cadena de plegarias los representantes de la Juventud Peronista de Valle Fértil, que pasaron toda la noche en el patio de ingreso de la Guardia del hospital.
El padre Rómulo Cámpora, el padre José María Nieto y el padre Eduardo Gutiérrez, son figuras repetidas en el lugar. Ni bien ingresan, se suman a la gente y comienzan a dirigir una oración.
Las muestras de fe son variadas y hay para todos los gustos. Por ejemplo, Juana Mercedes Pereira, de Rawson, contó que su hermana que vive en Italia le envió una carta al papa Francisco para que orara por el Gobernador.
Con el atardecer los pedidos se hacen más frecuentes. Sobre todo luego de el último parte médico que suelen dar después de las 20. Hay noches que los hijos del Gobernador dan el puntapié para el rezo de un rosario, y otras, algunos dirigentes políticos comienzan a orar. Así, en pocos minutos la gente forma un círculo y el inconfundible murmullo del Padrenuestro invade el patio y se mezcla con el ruido de los colectivos y con la sirena de las ambulancias que ingresan a Urgencias.