A viva voz aseguran que no hay rupturas, pero por lo bajo abundan los dichos que ponen en evidencia que el duro conflicto que se vive en Capital dejó marcas profundas en la alianza de bloquistas y peronistas. Al intendente justicialista Marcelo Lima le cayó muy mal que sus socios rechazaran y criticaran la emergencia laboral que mandó al Concejo Deliberante para recuperar el control de los servicios municipales y restarle capacidad de maniobra al gremio SUOEM; y podría haber un pase de factura. En el partido de la estrella revivieron viejas diferencias con el oficialismo y hasta se potenciaron algunos enfrentamientos internos que actualizan el debate por el alineamiento con el giojismo.

Ayer, un día después de la votación que aprobó la emergencia que pedía Lima, hubo mucho off the récord. Los dirigentes de ambos partidos se dedicaron públicamente a minimizar la falta de sintonía en la Capital, aunque fuera de micrófono escurrieron la bronca cruzada que se cocinó a consecuencia del conflicto entre la gestión del intendente y el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOEM), que hace más de un mes se montó en un plan de lucha para reclamar a cualquier costo la aplicación de la escala salarial que fija el Convenio Colectivo de Trabajo.

Las huellas más importantes parecen haber quedado del lado peronista. El jefe departamental, que al mismo tiempo es el vicepresidente primero del PJ, espera la llegada del líder partidario, José Luis Gioja, para hablar del tema. Y en su entorno aseguraron que estudia medidas que podrían impactar en la estructura que tiene el bloquismo en el municipio. Sobre todo, la que gira en torno a los dos ediles que están en el ojo de la tormenta, Alejandro Bravo y Miguel Pérez, que votaron en contra de la emergencia y que fueron calificados por el propio Lima como "voceros" del SUOEM.

El fastidio del jefe comunal se debe a que la disputa con el gremio es considerada, en el plano político, la madre de las batallas en su gestión. Y saca cuentas: cuando más apoyo necesitaba, se quedó sin el que esperaba recibir de sus socios bloquistas. Sin mayoría en el recinto, el desaire lo obligó a acordar cambios con los opositores de Actuar para reunir los votos y fijar la emergencia laboral, que le permite reacomodar personal y tapar los baches que deja el quite de colaboración en la recolección de la basura y la limpieza, los dos servicios más demandados por los vecinos.

Desde el bloquismo, su presidenta, Graciela Caselles, negó que exista un quiebre. Sin embargo, con algunas críticas sutiles, confirmó que con sus socios hay y aparentemente habrá un abismo en la coyuntura (ver Entrevista). Pasa que la raíz del conflicto con el SUOEM es el Convenio Colectivo y mientras Lima piensa en reformarlo por completo, los bloquistas no están de acuerdo porque fue impulsado en los "90 por dos símbolos partidarios: el desaparecido Javier Caselles, hermano de Graciela, que en ese momento era el intendente, y el caudillo Leopoldo Bravo.

La agitada jornada del miércoles en Capital y los reclamos peronistas hicieron renacer algunas quejas contra la gestión de Lima. Fuentes bloquistas aseguraron que nunca les dio participación en el Gobierno municipal y mucho menos, compartió herramientas políticas. Algo que en más de una oportunidad retumbó también en Paula y Libertador a título de protesta contra Gioja.

El líder bloquista, Leopoldo Alfredo Bravo, no respondió ayer a los llamados de este diario. El que sí habló fue el diputado Edgardo Sancassani, que hace unos meses renunció como presidente del partido y fue reemplazado por Caselles. Sus palabras desnudaron de manera diplomática la caliente interna bloquista entre los que acuerdan con el peronismo y los que quieren despegarse.

Opinó que "este tema se debería haber consultado más, venimos trabajando con el PJ y desde esa posición, en la Cámara le hemos dado al gobierno las herramientas que necesita". Y para no dejar dudas, aseguró que Alejandro "Bravo piensa distinto, no sé si eso haya incidido". De hecho, el concejal está alineado con Enrique Conti en el grupo de los que se han opuesto, en los debates partidarios, a darle continuidad a la amalgama con el giojismo.

A pesar de los contrapuntos, algunas voces que de un lado y del otro evitaron los micrófonos coincidieron en un punto. Especularon en que entre las razones del bloquismo, podría tener que ver la aspiración de Graciela Caselles de ser intendente y no forjar su camino electoral enfrentada con el gremio. Ella lo desmintió enérgicamente.