Quería pasar de incógnito y terminó apretando a este diario con un estilo casi mafioso. Juan Carlos Gómez, el concejal de Chimbas que está suspendido en sus funciones tras ser procesado por la Justicia por usurpación de título al hacerse pasar como médico, no terminó ni el secundario. Ayer fue a rendir Historia a la Escuela Dante Alighieri y al percatarse de la guardia de este diario en la puerta, salió rápidamente al mismo tiempo que dos hombres, que aparecieron de repente en un auto y una moto, intimidaban a la periodista y al fotógrafo.

Igual, ayer se comprobó que el polémico concejal e hijo del piquetero del mismo nombre que lidera la Agrupación Virgen de Fátima, no sólo nunca se recibió como médico en Córdoba, sino que adeuda materias del secundario. El rector de la escuela, Emo D\’Alacqua, confirmó que Gómez está rindiendo materias para terminar el secundario, pero guardó sigilosamente el resto de los detalles. Sí dijo que el cursado, el chimbero lo hizo en los \’90 y sugirió que volvió a la escuela dentro de un plan especial que podría ser el FINES. El jueves, el edil habría rendido Biología y le fue bien, como ayer en Historia. Cuántas materias más debe, es un misterio. El rector también aseguró que nunca llegó un pedido de informes de la Justicia a esa institución privada, sobre el estado académico de Gómez.

Si bien la mesa de examen era ayer a las 14, testigos dijeron que Gómez debe haber entrado mucho antes de las 13,30 al edificio escolar, ubicado en Ignacio de la Roza casi Urquiza. El rector negó la presencia de Gómez, pese a que estaba en un aula contigua. Fuentes calificadas dijeron que habían hecho ir a una profesora especialmente a tomarle examen al chimbero, único de la lista.

Pese a que terminó de rendir cerca de las 15, Gómez se demoró una hora más adentro del lugar, atrincherado ante la presencia de la prensa en la puerta y no salió hasta que aparecieron sus "refuerzos".

Rápidamente se estacionaron en la puerta un Duna patente TEE 177, una moto tipo scooter, chapa DVK 973 y un auto blanco más adelante. Gómez salió como hablando por celular y se subió raudamente al auto blanco, mientras un hombre empujaba y le bajaba con la mano la cámara al fotógrafo con intenciones de quitarle la máquina. Otro hombre, que estaba arriba de la moto, también participó en los forcejeos para impedir imágenes. Ambos decían frases como "dejen vivir a la gente". Cuando el chimbero escapó, se subieron a las movilidades y se fueron con la misma prisa.