Elisa Carrió (Coalición Cívica) centró la segunda etapa de su campaña electoral, luego del pobre resultado en las primarias, en acompañar a sus postulantes al Congreso de la Nación, y abrió un intenso debate al denunciar un “Pacto de Olivos II” entre Hermes Binner y el gobierno para promover la reelección indefinida de Cristina Fernández.
Carrió evaluó la escasa performance (poco más del 3%) que logró en las elecciones Primarias como un rechazo del electorado a su liderazgo político, por lo que planteó los comicios de hoy como una “elección legislativa” en las que el desafío era no perder terreno frente al oficialismo en el Parlamento.
Por otra parte, la chaqueña promovió tal vez el principal debate en la campaña electoral al acusar a Binner, candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista (FAP), por querer avanzar en una reforma constitucional para habilitar un eventual tercer mandato de la Jefa de Estado en 2015.
“El 97% de la sociedad no me quiere”, señaló Carrió para evaluar el escaso respaldo que obtuvo su fórmula con el diputado Adrián Pérez en las PASO, y asumió toa la responsabilidad: “Yo soy la razón de la derrota como he sido la razón de muchas victorias”. A partir de allí, la diputada nacional replanteó la estrategia electoral cuyo objetivo, entendió, sería promover a sus aspirantes a diputados y senadores nacionales para defender el rol que la CC supo ganar en el ámbito legislativo.
El primer paso fue reagrupar a la CC y suspender cualquier crítica interna hasta después las elecciones generales. Inclusive, las diferencias con la diputada y referente en la Capital Federal Patricia Bullrich.
Lilita juega esa carta ya que en diciembre, 12 de los diputados nacionales de la CC terminarán su mandato, y quedarán 6 legisladores que asumieron en 2009, más lo que logren un lugar tras la elección del domingo. En el Senado, el partido mantendrá hasta 2013 a Samuel Cabanchik y a María Eugenia Estenssoro.

