En los últimos días, tres de los detenidos en la causa de las facturas truchas y la supresión de deuda con la AFIP rompieron con lo que parecía una estrategia generalizada y dieron su versión de los hechos. El empleado del organismo nacional Adrián Collado aseguró que no tiene nada que ver con las maniobras y que le usaron la clave para borrar las obligaciones impositivas que algunas empresas registraban con el fisco, su compañero Walter Prividera se defendió de las escuchas telefónicas que lo complican diciendo que con algunos de los supuestos integrantes de la asociación ilícita que se investiga sólo tenía en común negocios inmobiliarios y el empresario Edmundo Novelli dijo que compró créditos fiscales creyendo que eran legítimos y que no sabía que le manipularon su cuenta en la AFIP.

En el caso que investiga la Justicia Federal hay 11 detenidos y la mayoría optó por abstenerse de declarar. Los únicos que hablaron hasta el momento son Collado, Prividera y Novelli, quienes negaron tener vinculación con la red delictiva que está en la mira de la Justicia y con las acciones que se cometieron para que empresas de San Juan y Mendoza evadieran impuestos.

Uno de los testimonios que más la interesaba a los investigadores era el de Collado. El hombre trabaja en el área de Servicio al Contribuyente de la AFIP y su clave es una de las que aparece ingresada en cuentas que de la noche a la mañana dejaron de tener deuda. Declaró el miércoles y sostuvo que nunca metió mano en el sistema y que fue engañado en su buena fe porque, en todo caso, alguien usó su clave para hacerlo.

Para probar que otros sabían su clave, Collado contó que en su área no dan abasto y que para evitar demoras, muchas veces la ingresó en la PC de compañeros para que hicieran trámites pedidos por la gente. Incluso, dijeron las fuentes, explicó que con su combinación se hacían varias operaciones en simultáneo.

Prividera declaró un día antes. En los registros telefónicos ordenados por el juez Rago Gallo se lo escucha hablando de montos de dinero con compañeros de trabajo implicados y lo atribuyó a que hacen operaciones inmobiliarias. En uno de esos diálogos mencionan una cifra superior a 20 mil pesos y él explicó, aseguraron, que era por un inmueble que tiene en Valle Fértil.

Novelli es hasta ahora el único empresario preso y está acusado de evasión, al haber sido uno de los beneficiarios de los borrados de deuda. El viernes de la semana pasada declaró que como debía un abultado monto de dinero en impuestos, buscó alternativas para ponerse al día y que en ese marco, su contador le armó una reunión con Luis Alé, supuesto integrante de la asociación ilícita, quien le ofreció los servicios del estudio de Cristian Olmos, señalado como uno de los jefes de la organización. Según las fuentes, dijo que le ofrecieron comprar créditos fiscales de libre disponibilidad para ir cancelando la deuda y él accedió después de verificar que es una operación legal.

El problema fue que esos créditos eran inexistentes. Novelli aseguró que cuando consultaba su estado en la AFIP, veía que todo iba normal porque la deuda bajaba a medida que pagaba. De acuerdo a sus dichos, ante la imposibilidad de aplicarle esos créditos truchos, aparentemente le reducían el monto a través de la manipulación del sistema informático del organismo recaudador. Según Novelli, nunca se dio cuenta de esa irregularidad y se enteró del engaño cuando el escándalo trascendió en la prensa.

Los abogados defensores de los demás detenidos no descartan pedir una ampliación de indagatoria, para que declaren. Sería una vez que terminen de analizar toda la prueba que hay en la causa.