"¿Dónde pregunto?" "Sí, vivo en…". "Tengo un comercio". Las preguntas, las respuestas y el atípico movimiento de gente sepultó el habitual clima de calma y silencio del Centro Cultural José Amadeo Conte Grand, convertido hoy en un sitio neurálgico para la logística de la cumbre del Mercosur. Cientos de vecinos, empleadas domésticas y comerciantes de las zonas cercanas al Centro Cívico, donde sesionarán los presidentes, se acercaron ayer para que el personal de Cancillería les tome las huellas digitales. Sucede que desde 24 horas antes del encuentro, el personal de seguridad implementará un operativo cerrojo y contará con escáners portátiles para controlar quién está habilitado a penetrar el vallado.
La oficina de registración está abierta desde el lunes, pero la mayoría de los vecinos se enteraron después y ayer hubo una verdadera catarata de consultas y trámites. La diligencia está reservada para los que viven o trabajan cerca del edificio que será sede de la histórica reunión de los presidentes del bloque regional. Tienen que ir y anotarse a través de la huella del dedo pulgar, para después no tener problemas para poder llegar a sus casas o al lugar de trabajo.
El personal policial que esté apostado en las calles leerá con el escáner la huella dactilar de las persona y el dispositivo dirá si está habilitado a pasar. El cerrojo se pondrá en marcha desde las 00 del lunes hasta, aproximadamente, las 20 del martes, cuando se calcula que terminará la reunión bilateral que mantendrá Cristina Kirchner con el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, después de la cumbre central.
Ayer, en el centro Cultural se vivieron momentos de confusión, tanto en el personal de la Cancillería argentina como en los vecinos que asistían. Pasa que la zona de restricción que se delimitó inicialmente se modificó y en consecuencia, no había certidumbre sobre cuáles son las calles en las que se interrumpirá el tránsito y quiénes son los que se tienen que registrar.
Inclusive, algunos se preguntaban para qué se va a permitir que los comercios estén abiertos, si sólo van a poder ingresar los propietarios y los empleados.
Hasta ayer en la mañana, en la base de datos de las personas que podrán moverse en el sector vallado habían 1.000 nombres. Son los que se anotaron en el Conte Grand y los que fueron censados por la Policía Federal en las últimas dos semanas.

