Exsocios. Alejandro Varela entró como concejal en 2015, en la lista de Julián Gil como intendente. Se distanciaron y el edil impulsó la segunda interpelación contra el jefe comunal y forma parte de la investigación por el matadero.

Los concejales son los representantes del Ejecutivo en el Concejo Deliberante, dado que responden a un líder y a un proyecto político o están embanderados bajo la lealtad partidaria. En Caucete, en cambio, el alineamiento parece que estaba dado más que nada por una presión económica que funcionaba como una espada de Damocles. El edil Alejandro Varela reveló ayer en la sesión del Legislativo y ante este medio que el intendente Julián Gil le ejecutó un pagaré por 200 mil pesos que había firmado para colaborar en el financiamiento de la campaña 2015 cuando eran socios políticos, pese a que había recibido la promesa de que no se lo iba a cobrar. Con el correr de la gestión, el concejal se distanció del jefe comunal, al punto de que es uno de los que viene investigando los manejos de la administración municipal, por lo que aseguró que lo que está haciendo Gil con el documento "es una extorsión".

El de Varela es el caso testigo, ya que destacó que no sólo él firmó el pagaré si no que también lo hicieron los otros tres ediles que aún están con Gil: Paola Cepeda, Miguel Caselles y José Giménez. El radical Juan Carlos Vicente indicó en la sesión que el intendente los tenía "atrapados" a sus concejales con tal maniobra, quienes no han trabajado con la libertad que debe tener una persona que ocupa un cargo público. Por su parte, la peronista Romina Rosas, jefa comunal electa, expresó que "es lamentable que sucedan estas cosas, si se han visto condicionados ha sido en detrimento de los cauceteros".

Y no fue lo único, dado que Varela también expuso que viene recibiendo amenazas del intendente, como un mensaje de Whatsapp en el que le dice "acordate que el que a hierro mata a hierro muere".

El concejal explicó que Gil había reunido a los cuatro candidatos a concejales titulares que tenían chances de entrar al legislativo y les dijo que se iba a hacer cargo de financiar gran parte de la campaña 2015, pero con un compromiso: que cada uno le firmara un pagaré, sin fecha, por 200 mil pesos. Si ganaba, devolvía los documentos, pero si perdía, los iba a cobrar para amortiguar los gastos. El intendente ganó la elección de entonces, pero Varela dijo que nunca le devolvió el pagaré. Es más, señaló que en un encuentro, a pocos meses de asumir, les dijo que no se preocuparan, les mostró los documentos y el concejal tomó el suyo y tachó su firma, aunque reconoció que cometió el error de no llevárselo. Con el paso del tiempo, surgieron diferencias, dado que Varela siguió bajo el paraguas del peronismo y le criticó a Gil su acercamiento al macrismo. Además, los distanciaron los vaivenes de la polémica gestión comunal.

El concejal se alejó del bloque oficialista y no sólo eso, ya que también fue el que impulsó la última interpelación del intendente por el atraso en el pago de salarios al personal, se sumó a la investigación por el matadero y la contratación de las movilidades.

Tras esas movidas, Varela dijo que hace unos días recibió la notificación que el intendente ejecutó el pagaré en el Séptimo Juzgado Civil. Frente a la embestida, a través del abogado Marcelo Sández, planteó la "inhabilidad de título", ya que al tachar el documento, anuló dicha obligación. Además, el edil remarcó que desde hace meses viene recibiendo amenazas de Gil.

Etapa judicial

Ejecución

El intendente Gil ejecutó el pagaré de 200 mil pesos que había firmado el concejal Varela en 2015, en el marco de la campaña de entonces, cuando eran socios políticos. El trámite se lleva adelante en el Séptimo Juzgado Civil.

Excepción

A través de su abogado Marcelo Sández, Varela presentó una excepción por inhabilidad de título, dado que había tachado su firma en el documento, por lo tanto, dicha obligación está anulada. Ahora debe resolver el juez.