Golpes con bolsas de arena y las culatas de las armas, choques de electricidad en los labios y en los genitales, simulacros de fusilamiento, ser sumergidos en un tacho de agua hasta que casi perdían el sentido y violaciones son algunos de los hechos de horror que padecieron las 32 víctimas incluidas en la denominada Causa Bustos, como se la conoce a una de las 4 causas, luego unificadas, que fueron elevadas a juicio desde el lunes por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar.

En la segunda jornada del megajuicio se inició la lectura del requerimiento de elevación a juicio de esta otra causa, que es la que tiene más víctimas de las 4, que suman 60 en total. Y es la que incluye a personalidades de la política como el gobernador José Luis Gioja, el senador César Gioja, el intendente Elías Alvarez, el gremialista Enrique Faraldo y el cortista José Soria Vega, entre otros.

Entre los casos de las víctimas, una de las historias más duras fue la de María Cristina Anglada, una empleada del Ministerio de Bienestar Social para la época del golpe militar, que fue detenida por un grupo de tareas y que sufrió sesiones de tortura en las que casi perdió todos sus dientes y hasta la violaron. Producto de los golpes perdió la audición del oído izquierdo.

Otro caso es el de Hugo Ricardo Bustos, un militante de la JP que era secretario de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional de San Juan, secuestrado la misma noche del golpe militar y que sufrió fuertes golpizas, simulacros de fusilamiento, sesiones de picana y el submarino, como se denominaba a la práctica de introducir a la víctima con las manos atadas a la espalda a un tacho con agua en el que permanecía sumergido por largos minutos.

Los padecimientos vividos por el gobernador Gioja comenzaron cuando buscaba a su padre, también detenido, y se presentó a preguntar por él en la Central de Policía el 29 de marzo del ‘76. Cayó preso y en la biblioteca del Penal de Chimbas, encapuchado y con las manos atadas a la espalda, padeció sesiones de picana. El único contacto con su familia fue a través del sacerdote Pablo Ares, que llevaba cartas de los detenidos.

Las otras víctimas de esta causa son Waldo Carrizo, Viviano Quiroga, Rosauro Borcowsky, Guillermo, Flavio y Silvia Gilbert, Adolfo Andino, Alfredo Avila, Marcelo Garay, Fernando Mó, Jorge Frías, Domingo Morales, Carlos Aliaga, José Casas, Edgardo Fabregas, Alfredo Rossi, José Tinto, Daniel Illanes, Francisco Camacho, Juan Carlos Salgado, Juan Luis Neffa, Carlos Giménez, Carlos Yanzón, Juan Carlos Rodrigo y Belisario Albarracín.

Por el relato de las víctimas durante la instrucción de la causa, en la mayoría de los casos el protagonista de los hechos de violencia fue Jorge Olivera, uno de los 6 imputados en este proceso que están siendo sometidos a juicio. Le atribuyen participación en los operativos de detención o directamente en las sesiones de tortura.
Los otros 5 imputados son Osvaldo Martel, Rolando Gómez, Horacio Nieto, Alejandro Lazo (ver aparte) y el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.

Sobre este último, seguirá representado en el juicio por sus abogados, porque un estudio médico leído ayer indica que no puede seguir los debates, ni siquiera por videoconferencia.