El vicepresidente Julio Cobos sostuvo ayer que la sociedad va a juzgar si fue "buena o mala" la decisión de cerrar la causa por la fortuna de los Kirchner, mientras el ex presidente fue acusado penalmente por espionaje por el mismo abogado que había querido evitar que quedara firme el sobreseimiento del matrimonio presidencial.

El letrado Enrique Piragini, que denunció inicialmente el incremento del 158% en los bienes de la presidenta Cristina Fernández y de su esposo durante 2008, recurrió ayer a la Justicia para acusar a Kirchner de espionaje, luego de una entrevista en la que el ahora diputado bonaerense descalificó las acusaciones en su contra.

Además, en otra causa Piragini también denunció penalmente a los peritos de la Corte Suprema Alfredo Peralta y María del Carmen Penedo; al contador de los Kirchner Víctor Manzanares y a los fiscales que no apelaron: el federal penal Eduardo Taiano y el de Investigaciones Administrativas Guillermo Noailles.

Noailles y Manzanares ya habían sido denunciados, mientras que la oposición había amenazado con pedir el juicio político de Taiano por haber sido la tercera vez que deja cerrar una investigación patrimonial contra los Kirchner.

Precisamente, ayer, el vicepresidente Cobos advirtió que "los fiscales siempre tienen la obligación de apelar".

Y aseguró: "Es una señal de la Justicia; si (la decisión del juez Norberto Oyarbide sobre el sobreseimiento) es buena o mala lo definirá la gente".

Aunque admitió que "hay alguna interpretación" sobre el por qué Oyarbide llegó a esta conclusión, Cobos no quiso avanzar en su teoría y se limitó a decir que si hay sospechas están "los mecanismos constitucionales, para evaluar la conducta de los jueces".