Ya es una tradición de la nueva política brasileña la inaugurada por Lula privilegiar la relaciones con Argentina, al punto de que la primera visita de cada presidente se hace al país vecino.

El encuentro de Dilma Rousseff con Cristina Fernández representa no solamente la primera vez que los dos países son presididos por mujeres, sino también por mujeres que estuvieron, cada una a su manera, en la lucha contra las dictaduras en nuestros países.

Es por lo tanto, antes de todo, una visita simbólica, de reafirmaron de que nunca como en la década que se termina las relaciones entre Brasil y Argentina fueron tan buenas, así como del significado de género y de trayectoria política de dos mujeres latinoamericanas.

El nuevo ciclo de intercambios entre los dos países se encamina hacia proyectos de integración productiva, un escalón más alto en las relaciones económicas.

Se buscan articular formas de producción conjunta entre empresas privadas o estatales que fortalezcan las capacidades tecnológica y productiva de las dos economías, superando relaciones estrictamente comerciales, como se han dado básicamente hasta ahora.

Como dijo en uno de los infelizmente tantos momentos de conflictos de comercio entre los dos países el ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, no se trata de disputar el mercado de refrigeradores entre Brasil y Argentina, sino de hacer el refrigerador del Mercosur.

Esta primera visita, definiendo un aterrizaje nuevo de relaciones, colocará los primeros jalones en esa dirección, que puede revertir la inserción internacional de los dos países, afectados por presiones hacia la primarización de sus comercios exteriores.

Por último, aunque corta, la visita servirá también, explícitamente, para reafirmar las coincidencias políticas entre los dos gobiernos e, implícitamente, para manifestar el apoyo de Brasil a Cristina en las elecciones presidenciales de este año.

Concluye así la mejor década de relaciones entre Brasil y Argentina y se abre una segunda década, con la profundización de los intercambios entre países que viven momentos muy especiales de sus historias: Con una fuerte señal por la presidencia de dos mujeres dirigiendo a nuestros países.