"No hay ninguna duda que Cristina va a ser la candidata. Ya está dando gestos de ello como en la Ciudad, alentando candidaturas y además, va a permitir todas las colectoras que sean necesarias en la provincia", afirmó un operador kirchnerista, dando muestras del convencimiento del oficialismo respecto a la reelección de la presidenta. En efecto, son cada vez más los que aseguran que CFK competirá en octubre próximo. Incluso, van mas allá. Algunos señalan que la mandataria ya dio su visto bueno para que en la provincia de Buenos Aires haya "todas las colectoras que sean necesarias" para albergar a la gran cantidad de kirchneristas no peronistas, que prefieren ir por fuera de la tradicional estructura de los intendentes. Pero también, sostienen en la Casa Rosada, está lógica responde a otra cuestión, pendiente: dicen que la presidenta recuerda, con desagrado, cómo Néstor Kirchner perdió en la provincia con Francisco de Narváez en las elecciones legislativas del 2009. Y culpa a los intendentes de eso. Ahora, les cobrará aquél traspié habilitando listas paralelas en todos los distritos bonaerenses que sean necesarios, con ella como candidata presidencial. Está claro que esto sería rechazado por los jefes comunales que temen por su permanencia o por la pérdida de poder en sus concejos deliberantes. Pero la decisión estaría tomada. Otro punto que muchos kirchneristas y cristinistas de la primera hora señalan es el "dejar hacer" de Cristina Fernández en la ciudad, para que Amado Boudou y Daniel Filmus, fundamentalmente, se posicionen como los precandidatos del kirchnerismo. En ese contexto, especulan con que "la pelea", a partir de lo que reafirman, es la "segura" postulación de la jefa de Estado, será por "los vices" de la provincia y de la Nación. En el caso de la provincia, hay quienes empiezan a mencionar a hombres como Carlos Kunkel, Carlos Castagnetto o Gabriel Mariotto, como compañeros de fórmula de Daniel Scioli. A nivel nacional, el tema es mas complejo y dependerá, más de la intención de voto con la que cuente Cristina Fernández. Si es alta, sería un dirigente a su entera elección; si los guarismo son mas ajustados, se inclinaría como un gobernador peronista -para no repetir el problema con Julio Cobos- de una provincia importante.