‘Me siento orgulloso de haber criado a este niño y no creo ser culpable de ningún delito‘, dijo el ex suboficial del Ejército, Luis Alberto Tejada, un rato antes de que el Tribunal en lo Criminal Federal de San Juan lo encontrara culpable de haberse apropiado de un bebé en 1980 hijo de desaparecidos y lo condenara a 12 años de prisión a cumplir en el Instituto Penal de Chimbas. Para su mujer, Raquel Josefina Quinteros, considerada coautora del delito de ocultación de un menor de 10 años, alteración del estado civil y uso de documento falso, la condena fue a una pena de 5 años de prisión, pero a cumplir en su domicilio del Barrio Camus, en Rivadavia, donde ambos integrantes de la pareja permanecían detenidos con custodia policial desde el inicio de las audiencias.
Pero el fallo no dejó conformes a las partes porque los abogados defensores de los Tejada, Eduardo San Emeterio y Humberto Conti Pico, esperaban una condena menor, al menos para la mujer, mientras que los abogados querellantes, María Inés Vedia y Mariano Gaitán, de Abuelas de Plaza de Mayo, expresaron que ‘las condenas han sido bajas‘ y adelantaron la posibilidad de apelar una vez que sean conocidos los fundamentos en una audiencia el 1 de noviembre.

Apenas pronunciado el veredicto, el joven Jorge Guillermo Martínez Aranda, quien por primera vez asistió a una audiencia en el juicio y permaneció junto a su novia y a los otros dos hijos del matrimonio Tejada en la primera fila, se levantó y los abrazó sin poder contener el llanto.

‘No puedo entender ni voy a entender nunca por qué me acusan. Cualquier mujer hubiera hecho lo mismo que yo‘, había expresado Quinteros cuando los integrantes del Tribunal, presidido por Hugo Echegaray, le dieron la oportunidad de expresar sus últimas palabras antes de pasar a deliberar para pronunciarse. Fue la primera vez que la mujer habló durante el juicio porque siempre se había abstenido de dirigirse a los jueces.

La audiencia había arrancado pasadas las 10 con el alegato de la Defensa, en la que el abogado San Emeterio, conocido en todo el país por su defensa de acusados de delitos cometidos durante la dictadura, dijo que ‘también deberíamos condenar por crímenes de lesa humanidad a los delitos cometidos por organizaciones militares‘ entra las que mencionó a Montoneros. Precisamente el padre biológico del joven apropiado, Francisco Goya integraba esa organización y tratando de ingresar al país junto a su pareja, la mexicana Lourdes Martínez Aranda, fueron detenidos en el paso fronterizo de Punta de Vacas, en Mendoza, y luego desaparecieron. En esa maniobra, el bebé fue entregado por su superior a Tejada, quien era un sargento ayudante del área de Inteligencia en el Batallón 144 de la vecina provincia, según quedó acreditado en el juicio. El militar, que estaba recién casado y todavía no podía tener hijos, llevó al niño a su casa y le dijo a su mujer que era producto de una relación previa a su matrimonio y que la madre lo había abandonado.

A su turno, el abogado Conti Pico sostuvo que ‘no se ha logrado el grado de certeza para que los imputados sean condenados‘ e hizo hincapié en que Tejada actuó ‘en cumplimiento de órdenes y ante el estado de abandono del menor‘.

Tras señalar que ‘no existen elementos suficientes para imputar los hechos analizados a mis defendidos‘, pidió la absolución de los Tejada.

En la réplica a la Defensa, el fiscal Dante Vega, que actuó junto al fiscal Mateo Bermejo, consideró la defensa del accionar militar hecho por San Emeterio como ‘una provocación‘.