Cuando nadie lo esperaba, el ministro de la Corte de Justicia Carlos Balaguer devolvió el reloj de ajedrez que se llevó sin autorización del Club Social. Se lo había donado él mismo a la institución, pero lo retiró compulsivamente al enojarse por una sanción que le aplicaron como socio y desató un escándalo inédito: se negó a reponerlo, amenazaron con echarlo y llevó la disputa a los tribunales ordinarios. En el club dicen que al devolverlo reconoció su falta y no descartaron imponerle un castigo.

En el tradicional Club Social se sorprendieron cuando en los últimos días de diciembre vieron llegar a la esposa del cortista con el reloj. Fuentes calificadas contaron que dijo que lo venía a devolver y que se labró un acta para dejar constancia de que se trataba del mismo que un mes antes se llevó bajo el brazo Balaguer.

El caso viene precedido de una serie de hechos que ponen al magistrado al borde del abismo como socio del club por su mala conducta. En julio fue apercibido por increpar a un juez en una fiesta de la institución, en noviembre lo suspendieron por seis meses por maltratar al presidente, Tristán Yanzón, y ese mismo mes lo intimaron a reintegrar el reloj.

La devolución causó sorpresa, porque hasta hace poco Balaguer se negó rotundamente a hacerlo. El propio cortista lo había donado y cuando se enteró del apercibimiento que le impusieron, en septiembre se lo llevó aduciendo que la donación jamás fue aceptada y que el donatario era ingrato. Con el acta de aceptación en mano, la comisión directiva le advirtió que el reloj no era de él, que lo tenía que reponer y Balaguer, por carta documento, rechazó la intimación.

Cuando estaba contra las cuerdas y a punto de ser expulsado, presentó un recurso de amparo pidiendo que se declarara nula la suspensión porque se violó su derecho de defensa. El juez Sergio Rodríguez le hizo lugar y el castigo quedó en la nada. A lo que no le hizo lugar fue a una cautelar que planteó el cortista, para que se le prohibiera a los medios de comunicación publicar el escándalo que lo tiene como protagonista.

En el Club Social interpretan que devolvió el reloj para evitar que lo echen -dicen que están a tiempo de hacerlo- y ahorrarse más bochorno; y aseguran que de esa forma, terminó por reconocer que se apropió de un objeto que no es suyo. Por eso, fuentes de la entidad confiaron que esperarán que la Cámara Civil resuelva la apelación que presentaron al fallo de Rodríguez y después decidirán si siguen adelante para sancionarlo o si dejan las cosas como están.