La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó ayer en Mendoza un sábado de Vendimia inusual, con alto contenido político en el que ratificó los lineamientos de "crecimiento con inclusión social y desarrollo de nuestro valor agregado", con un apoyo explícito al modelo que propone al país la mesa integrada de la Coviar. El masivo marco popular la sedujo como para ampliar su agenda y disfrutar del carrusel vendimial, que congregó a más de 250.000 personas. En cambio, tras el encuentro de la Corporación en el Hyatt y tras permanecer casi una hora en uno de los palcos del carrusel vendimial, la presidenta no asistió al tradicional brindis bodeguero "Brindis de las Fuerzas Vivas", que esta vez se sirvió en Bodegas Robino de Luján, donde tampoco asistió allí el gobernador José Luis Gioja, que regresó de inmediato a San Juan.

Cristina testimonió la firma de varios convenios de apoyo crediticio, técnico y de gestión para la vitivinicultura y los sectores turísticos y agro-industrial de la región, además de inaugurar por teleconferencia desde el Hyatt, un tramo de la ruta internacional 7, Santa Rosa-La Paz (la que conduce a San Luis y conecta con el paso a Chile) y el corredor del oeste, Uspallata-Barreal, 60 kilómetros de la ruta 149, el "Camino del Inca" entre San Juan y Mendoza. Salvo la manifestación anti-minera -unas 2.000 personas que marcharon frente a los palcos con cánticos y pancartas, encabezada por Pino Solanas, pero sin incidentes mayores- la visita presidencial estuvo enmarcada en una notable afluencia dirigencial, empresaria y política, que se congregó primero en el desayuno de trabajo de la Coviar en el Hyatt Plaza -en el que el sanjuanino José "Catuco" Molina reseñó la tarea de la corporación, destacó el apoyo del gobierno nacional y planteó varios reclamos para el futuro- en un salón colmado por los gobernadores de las provincias vitivinícolas (José Luis Gioja, Celso Jaque y Luis Beder Herrera), legisladores nacionales, intendentes, funcionarios, empresarios y directivos de cámaras de la producción. Afuera se había acondicionado el gran patio del Hyatt para albergar a más de 500 invitados, que vieron por pantalla el desarrollo del acto en el salón contiguo. Entre los asistentes al desayuno de la Coviar, pudo advertirse en las butacas del salón -además de la dirigencia radical y demócrata de Mendoza- al pre-candidato de la UCR, Ricardo Alfonsín y a varios de los pre-candidatos del PJ, a los 5 ex gobernadores que junto con Gioja batallaron el proceso de la Coviar junto a la dirigencia vitivinícola.

Cristina comenzó su discurso por la cadena nacional, hablando de los trabajadores. Les aclaró a empresarios y obreros de las fincas, que con la cosecha no perderán sus beneficios de la Asignación Familiar por Hijo "como estaba dispuesto desde diciembre pasado". Reiteró que no sólo promueven justicia social, sino promover el trabajo registrado, en blanco: "Devolver trabajo pero con dignidad", enfatizó. Bien informada destacó el proceso de la vitivinicultura, su integración en la cadena industrial, su expansión en el mercado externo.

Luego insistió en los valores oficialmente conocidos de "crecimiento con inclusión social" -PBI, exportaciones, trabajo, baja de la marginación, etc.- y enfatizó en la "necesidad de crecer incluyendo, con más valor agregado industrial, desarrollo tecnológico e integración de los más chicos a la rentabilidad y la asociación".

Al final, el momento emotivo: ella se conmocionó cuando agradeció un cuadro que le obsequió el pintor Norberto Filipo, hecho con óleo y vino Malbec, en el que se destaca un gesto del ex presidente Néstor Kirchner. Minutos antes, un grupo de niños del programa "Buena Cosecha" -que trabaja para evitar el trabajo infantil- subieron al escenario para besar a la presidenta. Cristina se puso de pié, los abrazó y se hizo evidente su emoción.