Cristina Fernández emprenderá este miércoles su primer viaje al exterior tras su triunfo electoral del 23 de octubre pasado que implicará su reinserción en los temas regionales después de su ausencia en la Cumbre del Mercosur en junio, y la Cumbre Iberoamericana del 27 de octubre, ambas realizadas en Asunción, Paraguay.

La Presidenta viajará mañana a Venezuela para participar de la Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe. Pero lo más importante de la agenda de la mandataria argentina será las reuniones bilaterales que mantendrá con sus pares, Dilma Rousseff, de Brasil, y Hugo Chávez, del país anfitrión. El encuentro con Rousseff tendrá lugar antes del inicio de la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), que deliberará en Caracas.

Aunque han intentado mantener un nivel de sintonía aceptable, Fernández de Kirchner y Rousseff, aún no han logrado un nivel de entendimiento político como el alcanzado durante la gestión de Lula Da Silva.

Dilma es más técnica y tiene su mirada puesta en los grandes mercados como China, India, Rusia y EEUU. Esto ha dilatado en el tiempo las soluciones que resultan vitales para Argentina con su principal socio comercial, principalmente a lo que se refiere a la imposición de trabas aduaneras para productos de los dos países lo que inquieta mucho a los industriales brasileños y argentinos y enrarece el clima político. Cristina también tiene agendado un encuentro con Hugo Chávez, que será el primero de ambos jefes de Estado desde que al venezolano le diagnosticaron un cáncer en la región pélvica, en julio último.

Con Chávez también hubo un distanciamiento político ya que Cristina fue una de los pocos mandatarios “amigos” que no fue a darle fuerzas a Chávez cuando le diagnosticaron el cáncer. La CELAC, que reunirá a 33 estados latinoamericanos, sin EEUU ni Canadá, surgió como unificación de Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe.