De los jefes comunales que resultaron electos el último domingo, hay cuatro que deberán remarla un poco más para llevar las riendas del municipio. El capitalino Franco Aranda, el nuevejulino Gustavo Nuñez, el ullunero Leopoldo Soler y el zondino Miguel Atámpiz no tendrán mayoría propia en el Concejo Deliberante y eso los obligará a atar acuerdos con la oposición cuando necesiten de alguna herramienta legislativa para impulsar medidas desde el Ejecutivo. La situación es nueva en relación a lo que pasa hoy en los departamentos, ya que a sólo uno de los 19 jefes comunales no le alcanza con sus ediles para controlar el ritmo del parlamento.
La composición de los Concejos Deliberantes es consecuencia de la aplicación del sistema D’Hont. Tras las elecciones, se suman los votos de cada partido, ese número se divide tantas veces como cantidad de cargos de concejal a cubrir y tomando las cifras más alta, se define proporcionalmente a qué fuerzas políticas les corresponde. Así, los resultados del último domingo determinaron que los que ganaron la Intendencia en Capital, Jáchal, 9 de Julio y Ullum no alcanzarán a tener mayoría de ediles.
Lo contrario sucede en Rivadavia, Santa Lucía, Rawson, Chimbas, 25 de Mayo, Albardón, Angaco, San Martín, Calingasta, Caucete, Iglesia, Pocito, Sarmiento, y Valle Fértil. Con más o menos bancas, los partidos que gobernarán en esos distritos desde el 10 de diciembre tendrán más concejales propios que opositores (ver infografía).
El Concejo Deliberante es clave para la gobernabilidad. Como la Cámara de Diputados en la provincia, allí están representadas las minorías y la mayoría de cada distrito, se canalizan las inquietudes de la gente a través de ordenanzas y se sancionan o no los proyectos que presenta el Ejecutivo. Y no contar con la mitad más de uno de los concejales que se necesitan para aprobar las herramientas que le interesan, supone para el intendente una cuesta arriba si no llega a lograr consensos con los opositores.
En Capital, el distrito más importante de la provincia, el justicialista Aranda contará con 5 concejales, Compromiso con San Juan (compuesto por el basualdismo, Actuar, el ibarrismo, el bloquismo disidente y el moyanismo) tendrá 4 y el macrismo 3. Si bien el oficialismo será el bloque mayoritario, no alcanza la mitad más uno.
El basualdista Gustavo Núñez consagró 2 ediles en 9 de Julio y el justicialismo 3, y en Ullum el basualdista Soler se quedó con 2 escaños y sus rivales del peronismo cosecharon 3. Mientras que en Zonda, el bloquista disidente Atámpiz tendrá desde diciembre 2 concejales, el justicialismo 2 y el macrismo 1.
En los cuatro, las listas de concejales no cosecharon los votos que necesitaban para ser mayoría simple y mucho menos, mayoría calificada. Esto último significa conquistar los dos tercios de los miembros del Concejo Deliberante, condición excluyente para aprobar algunas ordenanzas de carácter especial.
Jáchal es el único que terminó empatado. El FPV se impuso en los comicios de la Intendencia y en el recinto deliberativo consagró 3 concejales, la misma cantidad que ganó el basualdismo. Aunque el oficialismo no será mayoría, en la práctica es como si lo fuera porque ante igual cantidad de votos para aprobar o desechar una ordenanza define el presidente del cuerpo, que es de ese mismo color político.
En la actualidad, la gran mayoría de los jefes departamentales tiene mayoría en el parlamento municipal. La excepción es el vallisto y peronista Francisco “Pancho” Elizondo, que está abajo 3 a 2.
Los intendentes que no consiguieron imponer más concejales que sus contrincantes deberán contar con el apoyo de ellos para hacer número y avanzar con los proyectos enviados al recinto. Claro que eso se podría ver neutralizado, como ha sucedido en decenas de oportunidades, si algún o algunos opositores decidieran, por iniciativa propia o tentación, abandonar a sus compañeros de bloque para sumarse al oficialismo e inclinar la balanza a su favor.
