El piquetero kirchnerista Luis D’Elía admitió ayer que en su viaje a Irán se cruzó con el religioso Moshen Rabbani, quien está prófugo en la causa por el atentado a la AMIA, mientras el fiscal Alberto Nisman sostuvo que el viaje del ex funcionario era "una provocación" que "no contribuye" a los avances del caso.

D’Elía reconoció ayer desde Roma, donde tomaría otro vuelo que lo traería hoy de regreso a Ezeiza, que en su periplo por Irán tuvo "un cruce" con Rabbani, a quien señaló como un "diputado y autoridad religiosa que trabajó 14 años en la Argentina y que fue imputado tres años después en el expediente de Amia".

Pero el fiscal Nisman sostuvo que D’Elía "no tiene la menor idea del tema que esta hablando y obviamente está actuando políticamente".

El fiscal confirmó ante una consulta de radio Diez sobre el comportamiento de D’Elía que "si corresponde lo vamos a analizar más adelante, lo vamos a citar".

"Tiene un discurso muy fuerte en los medios, que impacta y cuando viene a la justicia parece un pollito mojado, y no lo digo yo está en una declaración, donde es ridículo lo que ha dicho (para presentar una hipótesis sobre la autoría del atentado). Sus propios testigos lo han desacreditado", remató.

El fiscal Nisman criticó a D’Elía al señalar como "un acto de provocación a los familiares, a las víctimas y al Estado argentino" su encuentro con Rabbani y ratificó que el religioso islámico está imputado en la causa por el atentado que provocó 85 muertes en Buenos Aires.

"Hay elementos absolutamente claros y contundentes (contra Rabbani) que fueron ratificados por el juez (federal Rodolfo) Canicoba Corral, por la Cámara de Apelaciones y luego por Interpol", acotó.

D’Elía sostuvo por la mañana a la misma emisora que Rabbani "era una persona muy querida en el barrio de Floresta, donde desempeñaba su actividad religiosa y nosotros tuvimos un cruce".

Y, remarcó que "Rabanni no está condenado por la justicia argentina, está imputado por un fiscal maliciosamente sionista".