Los integrantes de la Sala III de la Cámara Penal absolvieron ayer de toda responsabilidad a los exintendentes de Ullum Jorge Agapito Gil y Alfredo Simón Ortiz, quienes estaban acusados de haberse quedado con fondos del municipio y no haberlos destinado a pagar trabajos en el departamento. Junto con ellos, también fueron declarados inocentes otros 3 exfuncionarios de la comuna, sospechados de haber participado en los mismos delitos. La resolución fue dividida porque los jueces Eugenio Barbera y Eduardo Gil estuvieron a favor de liberarlos de culpa y cargo, mientras que Ricardo Conte Grand se inclinó por declararlos culpables (ver aparte).
Luego de 15 años en los que la causa judicial estuvo matizada por las demoras y los planteos de las defensas que demoraron constantemente el proceso y lo dejó al borde de la prescripción, ayer la Justicia desligó de toda responsabilidad a los acusados, entre ellos dos figuras de la política departamental porque ambos fueron intendentes e incluso Gil llegó a representar a Ullum en la Cámara de Diputados de la provincia. Ahora, Gil y Ortiz siguen ocupando cargos políticos porque el primero es secretario del bloque oficialista en la Legislatura, mientras que el segundo está al frente de la Unidad de Coordinación de Bosques Nativos.
Además de los exintendentes estuvieron acusados de haber tenido participación en las maniobras irregulares Pedro Bravo, que era el encargado de Compras del municipio, María Esther Reinoso, quien por aquel entonces era la tesorera de la comuna y Mario Serrano, que era el encargado del camping municipal. Pero todos fueron declarados inocentes.
Esta historia comenzó en agosto de 1998, cuando el por entonces vicepresidente del Concejo Deliberante de Ullum, Roberto Solera, presentó una denuncia en la Justicia Penal pidiendo que se investigara la conducta de funcionarios comunales, sospechados de haberse apropiado de fondos municipales.
Según la acusación que sostuvo la fiscal Leticia Ferrón de Rago, la sospecha era que los exfuncionarios utilizaron facturas de un talonario que se había extraviado, a nombre de Alberto Molina, para hacer aparecer como que se había pagado una serie de tareas como arreglos en el camping municipal, la refacción de maquinarias, nivelación de suelos y la colocación de postes para alumbrado público.
Pero la defensa de los acusados, ejercida por Adrián Riveros y Ricardo Pozo para Gil, Ortiz y Bravo, y de Jorge Sánchez para Reinoso y Serrano, aportó pruebas, como registros fotográficos, en los que se demostraba que los trabajos sí se habían realizado.
Incluso el abogado Riveros argumentó en el momento de los alegatos, que Molina en realidad era un adversario político de la gestión municipal y que todo había sido un intento por perjudicar a los acusados. Por el contrario, sostuvo que el mismo Molina le había cedido las facturas a Hugo Albornoz, quien trabajaba con él. El testimonio de este último no se pudo escuchar durante el debate porque se encuentra prófugo de la Justicia.
Sobre el tema político, luego de conocerse la resolución absolutoria, tanto Gil como Ortiz hablaron de su intención de profundizar su trabajo político en el departamento.
Si bien el delito que se les imputaba a los exfuncionarios era el peculado, que es cuando un funcionario toma recursos públicos que están bajo su cuidado y de que incluso el fiscal Ferrón de Rago había pedido un castigo de 3 años de prisión en suspenso, en ningún momento se contempló la posibilidad de que fueran a ir a prisión. Sin embargo, lo que estaba en juego eran sus carreras políticas porque al ser uno secretario del bloque oficialista de la Cámara y el otro responsable del área de Coordinación de Bosques Nativos, en el caso de haber sido encontrados culpables hubieran tenido que dejar sus cargos.
Momentos después de conocerse la decisión judicial, comenzaron a saludarse y a felicitarse por el resultado obtenido que, en el caso de Gil y Ortiz, les permitirá continuar sus carreras políticas en Ullum, donde incluso tienen aspiraciones en un futuro de volver a pelear la jefatura comunal, que ahora está en manos de Daniel Albarracín. Este último ingresó con respaldo basualdista, pero ahora reporta al Frente para la Victoria.