En la cumbre que se inicia hoy en la capital francesa, Argentina deberá enfrentar en el Grupo de los 20 una fuerte presión para tratar de controlar la suba del precio de los alimentos, en lo que constituye el principal factor de preocupación en el mundo.

En el marco de la Cumbre de Ministros de Finanzas que se desarrollará hasta mañana en París, los principales representantes de los países desarrollados y emergentes debatirán mecanismos de control al precio de los alimentos. Las deliberaciones tienen por objeto buscar acuerdos que eviten mayores subas de precios y poner freno a la inflación que afecta a todo el mundo y provoca que millones de personas caigan en la pobreza.

Las diferencias entre los países más desarrollados y los emergentes productores de alimentos y materias primas son enormes. Las naciones más desarrolladas buscan un compromiso mayor de los productores de bienes alimenticios para incrementar la oferta o bien que éstos acepten mecanismos para controlar la suba de precios. Al mismo tiempo, exigen que si esos países quieren mayor participación en las decisiones de la economía mundial, asuman un mayor compromiso con la comunidad mundial, aumentando la oferta de alimentos, para evitar que millones de personas vivan en la pobreza.

Mientras tanto, desde países como el bloque de Brasil, Rusia, India y China (BRIC) y naciones emergentes como la Argentina, gran productor de alimentos, se rechaza la propuesta por considerar que no son ellos los que provocan la inflación de alimentos.

El tema se transforma en un asunto de alto voltaje político y económico y algunos observadores estiman que puede producir "no pocas fisuras" en el G-20. El Banco Mundial (BM) dijo que "el aumento en el precio de los alimentos ha conducido a la pobreza a unas 44 millones de personas desde junio pasado.

Mientras tanto, Brasil anunció que se opondrá a toda tentativa de imponer un control de precios a las materias primas, algo que también será apoyado por la Argentina, tal como expresara días atrás el ministro de Economía, Amado Boudou, que participará de la cumbre.

No se descarta que la Argentina y Brasil, más allá de esta coincidencia, lleven una posición común a la mesa de las deliberaciones. El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, sostuvo que "Brasil es totalmente contrario a mecanismos de control o regulación del precio de las commodities porque esas medidas pueden ser un tiro que sale por la culata ya que inhibirían la oferta".