Es como si los juzgados de Paz de 25 de Mayo y Zonda hubieran sido tachados del mapa del Poder Judicial provincial. El primero lleva 5 años sin juez y el segundo 4 y para peor, el proceso para designar a los sucesores entró en una especie de aletargamiento: el Consejo de la Magistratura lanzó el año pasado los concursos y todavía no los termina. A eso se suma la falta de reacción de la Corte de Justicia, que no ha hecho uso de un instrumento excepcional que le permite nombrar interinos para saldar la situación, aunque sea, temporalmente.
Que un organismo no cuente en forma permanente con la única persona que puede firmar un fallo, trae consecuencias para el Poder Judicial y los que esperan una respuesta de él. Fuentes calificadas dijeron que las demoras de acentuaron en los dos juzgados, que hay pilas de causas sin resolver y que no alcanza con que otros magistrados subroguen (van actuando alternadamente en reemplazo del que se fue), ya que al mismo tiempo deben atender sus propios juzgados. Y todo se agrava por razones de recursos: en 25 de Mayo hay sólo dos empleados y en Zonda uno (ninguno es abogado), muy lejos de los cuatro que tiene, por ejemplo, Pocito.
La situación afecta a una pata clave del aparato judicial. En el interior de la provincia, el fuero de Paz es el auxilio más inmediato que tiene la gente. Allí, entre otras, se tramitan casos de contravenciones, violencia familiar, ejecuciones fiscales, desalojos, se ordenan allanamientos y hasta se dictan las primeras medidas en causas penales.
La jueza de 25 de Mayo era Adriana Tascheret y no trabajó durante 4 años por razones de salud, hasta que en 2014 se jubiló. María Isabel Sefair actuaba en Zonda, estuvo de licencia desde 2011 por enfermedad y el año pasado consiguió que la Anses le diera el retiro, poco antes de fallecer.
Los concursos para cubrir las vacantes se abrieron en 2014, pero quedaron planchados. La vacante de Zonda fue comunicada por la Corte de Justicia al Consejo de la Magistratura en agosto y la de 25 de Mayo en noviembre, y lo único que hicieron los consejeros fue entrevistar en marzo de este año a los postulantes para los dos cargos. Desde ahí, no avanzaron más.
La Constitución provincial establece que el cuerpo colegiado tiene 60 días para conformar la terna con los aspirantes que mejor califican y mandarla a la Legislatura, para que los diputados elijan a los nuevos jueces. En el caso de Zonda pasó un año desde que la vacante fue notificada y en el de 25 de Mayo nueve meses, una evidencia incontrastable.
El Consejo de la Magistratura está integrado por el cortista Juan Carlos Caballero Vidal (es el presidente), el diputado Víctor Muñoz Carpino, el ministro Adrián Cuevas y los abogados Marcelo Navas y Oscar Cuadros. Los que hablaron, lo hicieron en estricto off y contaron que esperan ser convocados por el primero para terminar el trámite. Y en el entorno del cortista dieron a entender que freezaron todo, con el objetivo de que la selección de los futuros jueces no se convierta en presa de la campaña electoral.
Mientras tanto, en la Corte de Justicia parecieran estar anestesiados. Para que las causas judiciales no se atrasen, la Constitución faculta a los cortistas a designar un juez interino en caso de que pasen más de 90 días sin que se haya elegido al definitivo. El plazo se superó holgadamente y ni así echaron mano a esa herramienta para oxigenar los organismos que se quedaron sin la cabeza que necesitan para dictaminar en tiempo y forma.
Un cortista que pidió reserva minimizó la situación, al afirmar que “no hay mayores problemas” porque en 25 de Mayo y Zonda están subrogando otros jueces de Paz. Eso y decir que no hace falta que cada distrito tenga su propio juez, como obliga el artículo 81 de la Ley Orgánica de Tribunales, es prácticamente lo mismo.

