El Gobierno nacional, intentó ayer bajarle el tono una vez más al enfrentamiento del líder de la CGT, Hugo Moyano con la presidenta Cristina Fernández, y ratificó que la central obrera “sigue siendo un aliado estratégico” de cara a los próximos cuatro años. Así, salió al cruce de las declaraciones formuladas el jueves por el dirigente, en las que admitió que “el diálogo no está roto”.