El INV anunció que en diciembre próximo comenzará a regir un nuevo y más moderno control vitivinícola, que buscará constatar y perfeccionar los datos de la cosecha de uvas al momento de ingresar esa materia prima a las bodegas y establecimientos industriales, se llama ‘Tarjeta del Viñatero’ y se tratará de un plástico como los de débito o crédito que contendrá todos los datos del productor y que reemplazará al tradicional Certificado de Ingreso de Uva (CIU) que se emitió siempre en forma manual.

Como San Juan es pionera en empezar a cosechar uvas, será la primera provincia donde se estrenará el nuevo sistema, que según anticipó el titular del INV, Guillermo García, será de uso obligatorio dentro de cinco meses. ‘’Estamos convocando a una licitación para que las empresas nos presenten las ofertas de cómo se puede implementar; y vamos a elegir el mecanismo que salga más barato y que sea más inteligente’’, dijo el funcionario a DIARIO de CUYO.

En cuanto al costo que tendrá que ser absorbido por el productor, en el instituto estiman que cada viñatero tendrá que pagar entre 100 a 150 pesos anuales cuando vaya al INV a retirar su tarjeta electrónica, ‘’pero eso va a depender de la licitación y de la propuesta del oferente que resulte seleccionado para su instrumentación’’, aclaró García.

Agregó que el plástico contendrá toda la información del viñedo, el tipo de uva y demás datos del productor, y no será necesario penalizar a quien no la obtenga, puesto que al ser de uso obligatorio, en reemplazo del CIU, con lo cual directamente sin ella no podrá ingresar materia prima a ningún establecimiento. No cayó mal la propuesta en el sector de los productores, que dicen que no tendrán problemas en adoptarla; pero sí pusieron reparos los bodegueros trasladistas que advirtieron que esperarán más información acerca de cómo deberán instrumentar la operatividad del nuevo software que tendrán que incorporar para que funcione la tarjeta (ver protagonistas).

LOS BENEFICIOS

‘’Esta tarjeta va a ser el DNI del viñatero, allí van a estar los datos con los cambios que se producen año a año, lo que implica felizmente que no haremos censos nunca más, porque con mucha fluidez y rapidez vamos a ir corrigiendo los datos’’, dijo García. ‘’Además, dentro del sistema va a estar el rendimiento probable de cada año, todo cambio que tenga el viñatero lo tiene que informar inmediatamente porque sino no va a poder ingresar la uva a la bodega. Entonces sí o sí tendrá que ir al INV a actualizar sus datos, hoy no lo hace porque le reciben la uva igual, la ponen en el mismo número de viñedo y a lo mejor tienen dos hectáreas más o tres menos; todos son cambios que se producen sin que el INV se entere’’, agregó. Desde el instituto informaron además que se deberá contratar más personal para que además del tenor azucarino controlen que los datos de la tarjeta se correspondan con la uva que está en el camión. Lo que falta resolver aún es cómo se implementará con cosecha mecanizada y pasas, y en lugares donde no hay conectividad.