Obligada a afrontar el desafío de gobernar en soledad por primera vez y arropada por el fortalecimiento de su imagen tras la muerte de su marido y antecesor en el cargo, la presidenta, Cristina Fernández, retomará hoy mismo su actividad oficial y no se descarta un mensaje al país en cadena nacional. Pero, como recién mañana sería su regreso a la exposición pública, el peronismo cordobés, liderado por el gobernador Juan Schiaretti y José Manuel De la Sota, se movilizará para recibir a Cristina, que encabezará un acto en la planta Renault para presentar su nuevo acto. Esperan dar un fuerte gesto de apoyo a la mandataria durante la primera visita a una provincia tras la muerte de Néstor Kirchner.

Eduardo Accastello, intendente de Villa María y referente kirchnerista en Córdoba, había anticipado que su espacio político iba a convocar a los militantes para recibir a Fernández. Sin embargo, en las últimas horas el presidente alterno del PJ cordobés, el ministro de Gobierno, Carlos Caserio, respaldó la decisión de movilizar al partido para recibir a la mandataria. Caserio dijo que los peronistas cordobeses están "convencidos de que es el momento de apoyar a la presidenta", que afronta una situación "personal difícil". "Más allá de cualquier diferencia de criterio que pudimos tener en algunas cuestiones, los peronistas cordobeses siempre tuvimos claro que si al Gobierno nacional le va bien, nos va a ir bien a todos los argentinos", afirmó Caserio. La decisión de movilizar a los militantes de la Capital y el Gran Córdoba fue acordada en las últimas horas por los dos máximos referentes del PJ cordobés, Schiaretti y De la Sota.

El ministro de Gobierno, en tanto, evitó opinar sobre el significado que tendrá, de cara al futuro, la determinación tomada por ambos dirigentes de brindarle un aval político a la jefa del Estado.

"La decisión es darle un fuerte respaldo a la presidenta en este momento. Lo que suceda en el futuro, se verá", manifestó. Caserio señaló que, de este modo, "el peronismo cordobés le retribuirá" a la mandataria su decisión de visitar la provincia "luego del doloroso trance por la muerte de su esposo", argumentó, en declaraciones al diario La Voz del Interior.

La jefa de Estado pasó el fin de semana recluida en su casa nueva de la ciudad de Río Gallegos junto a sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, desde donde se mantuvo en contacto con funcionarios del Gobierno nacional. La presidenta se comunicó ayer telefónicamente con el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, para enviarle sus saludos a la familia del embajador ante Rusia, Leopoldo Bravo. Asimismo, habló con su canciller Héctor Timerman a quien envió a San Juan para que participara en nombre suyo de las exequias del ex legislador fallecido.

La presidenta estuvo rodeada por familiares y apenas recibió a amigos del círculo íntimo, entre ellos el ex chofer y empresario periodístico Rudy Ulloa Igor.