En la historia electoral sanjuanina, hubo un solo enfrentamiento en balotaje y los protagonistas fueron el justicialismo y el bloquismo. La pulseada fue el 15 de abril de 1973 y la victoria quedó en la vitrina del PJ, que cosechó 107.979 votos, el 53,17 por ciento. De esa manera, Eloy Camus llegaba al sillón de Sarmiento, acompañado de su vice, Francisco Aguilar. El partido de la estrella había llevado como candidatos a Eduardo Bazán Agrás y Domingo Rodríguez Castro, que consiguieron 95.104 sufragios, el 46,83 por ciento.

En la primera vuelta, celebrada el 11 de marzo de ese año, el escenario había sido distinto: el partido bloquista había logrado 73.017 votos (el 35,9 por ciento), relegando al peronismo al segundo lugar, que había conseguido 68.487 adhesiones (el 32,7 por ciento), pero a la fuerza que fundaron los hermanos Cantoni no le alcanzó para evitar el balotaje.

El hecho de que San Juan, al igual que otras 11 provincias, tuviera que atravesar por la segunda vuelta se debió a una jugada de Agustín Lanusse, el último presidente de facto de la dictadura militar autodenominada como Revolución Argentina. A través de un decreto ley, enmendó la Constitución de 1853 y estableció el sistema de balotaje, tanto a nivel nacional como provincial, en los casos en que la fuerza política ganadora no alcanzara el 51 por ciento de los votos. Además, se dispuso que para la instancia final sólo pudieran participar los partidos que superaran el 15 por ciento de los votos. El sistema luego fue derogado y hoy en la provincia, el que saca aunque sea un voto de diferencia se queda con la Gobernación.

Tulio Del Bono, histórico militante del PJ, explicó que el Gobierno militar, fuertemente enfrentado con el justicialismo, impuso el sistema con la esperanza de que en el balotaje se formara una especie de voto antiperonista, cosa que finalmente no sucedió. El dirigente y estudioso del bloquismo, Carlos Ciro Maturano, señaló que en San Juan, el partido de la estrella ganó en primera vuelta porque la sociedad todavía tenía presente las obras que había llevado adelante Leopoldo Bravo a comienzos de la década del ‘60, como el estadio cerrado, la galería provincial y la apertura del camino a Chile. Para el round final, recordó que los partidos que quedaron en el camino, como la Cruzada Renovadora, más una fracción del bloquismo, terminaron respaldaron al justicialismo, lo que fue decisivo para inclinar la balanza. Ambos fueron convocados por DIARIO DE CUYO para rememorar esos comicios (ver página 11).

Del Bono agregó que la idea que se consolidó en el electorado fue que el Gobierno provincial tenía que tener buenos lazos con la gestión nacional. Y en el país, la presidencia ya había quedado en manos del justicialista Héctor Cámpora, quien eliminó la proscripción que existía contra Juan Domingo Perón, para luego renunciar y dejarle el camino allanado al fundador del PJ.