Un fuerte cuestionamiento de sus ex compañeros de bancada recibió ayer el vicepresidente segundo de la Cámara de Diputados, el camionero Enrique Castro. Lucía Sánchez, presidenta del bloque basualdista, cuestionó la validez de las decisiones que tomó el cuerpo durante el debut de Castro en la Presidencia de la sesión de ayer con el argumento de que nunca le tomaron el juramento para desempeñar esa función.

Las diferencias vienen desde cuando Castro decidió dejar el bloque de Producción y Trabajo a principios de abril para armar un bloque propio, llamado Movimiento Obrero. Y fue porque el dirigente, que le reporta a Hugo Moyano, quien está alineado con el Gobierno Nacional de Cristina Fernández, no aceptó que el movimiento al que pertenecía, liderado por Roberto Basualdo, jugara en las próximas elecciones con un candidato enrolado en la oposición, que es el rawsino Mauricio Ibarra.

Poco antes de tomar esa decisión, Castro había sido designado vicepresidente segundo de la Cámara por el basualdismo, la primera minoría. Pero cuando dejó el bloque los basualdistas pidieron el lugar para ellos, pero el gremialista se negó. "Una profesional (por Sánchez) no acepta que un trabajador esté al frente del Poder Legislativo", respondió Castro.

La diputada Sánchez sostenía que para estar al frente de la sesión, como ocurrió ayer, Castro debió jurar primero.

Según los usos y costumbres entre los diputados, en los 4 años en los que Lima le tocó presidir el cuerpo, el vicepresidente primero y el segundo juraban. Pero ni en la Constitución Provincial ni en el reglamento interno de la Cámara figura ese requisito. Y de eso se tomó Castro para afirmar que todo lo que hizo ayer durante la casi media hora que estuvo presidiendo tenía plena validez.