El tan mentado "gran acuerdo nacional" que salió hoy de la boca de Marcos Peña tras la reunión de Gabinete que tuvo Macri en medio de la crisis económica que atraviesa el país y que apunta a tratar de cerrar entendimientos entre oficialismo y oposición, fue planteado en el inicio de sesiones ordinarias del 3 de abril pasado por el gobernador Sergio Uñac.


Cuando Uñac lo propuso el escenario era otro. Mucho más calmo -al menos en lo económico- aún sin estar la relación Nación-Provincia atravesando por su mejor momento, incluso con diferencias importantes en algunos temas.

El macrismo llega a este punto tal vez en su momento de mayor debilidad política, cimentado en un dólar que tiene un techo cada vez más alto y que arrastra la inflación a porcentajes que, de no mediar nada extraño, se va a "comer" cualquier paritaria; sumado al anuncio de un crédito con el Fondo Monetario Internacional.

Este combo alimentó el malhumor social, según reflejaron encuestas nacionales y provinciales: pesimismo en la economía y rechazo al FMI, las conclusiones de los sondeos.

Cuando el Gobernador habló de un acuerdo, apuntó en su discurso en que "hay que terminar con la política que tiene como lógica el amigo-enemigo” y de "aportar a la gobernabilidad". Eso sí, marcó las diferencias y enfatizó la intención de que cada vez que haya diferencias con Nación, decirlas a viva voz. "Nuestra posición es clara y es la defensa de los intereses de los sanjuaninos", dijo en la oportunidad.

Y agregó con la idea de "avanzar en un gran acuerdo nacional, un pacto que entienda los grandes desafíos pendientes, y a su vez, comprenda lo heterogéneo de las realidades de nuestro país".