Problemas para ordenar y controlar el estacionamiento en sus departamentos. Ese es el punto en común que surgió de un relevamiento que hizo este diario entre funcionarios de América y Europa que asisten al Congreso Iberoamericano de Municipalistas que se está llevando a cabo en la provincia. Todos sufren por el descontrol que generó el veloz crecimiento del parque automotor. En algunas comunas hay que pagar por estacionar y hay otras que están elaborando proyectos para comenzar a hacerlo.
Más allá de la estructura política y la realidad económica de sus países, los funcionarios reconocieron en el estacionamiento un dilema que atraviesa a todas las administraciones municipales y que necesita de ajustes casi constantes. Esto, porque el ritmo de crecimiento en la cantidad de vehículos es mucho más acelerado que la extensión de las zonas donde están ubicados los organismos públicos y los comercios. Incluso, el tema ha sido incluido en varias ponencias y motiva intercambios de experiencias entre los protagonistas del Congreso.
Uno de los más complicados es el Distrito Capital de República Dominicana, que tiene nada menos que 1 millón de habitantes y otro tanto que a diario llegan de otros departamentos. “Tenemos problemas con el tránsito y el estacionamiento en todo el sentido de la palabra, es un caos”, aseguró ayer Julián Roa, regidor (equivalente a un concejal) de esa ciudad. Por ahora no cobran por aparcar en la calle, pero dijo que están buscando una solución para planteársela a otros organismos que también tienen competencia en el tema.
De acuerdo a las palabras de su vicealcaldesa, Ana Concejo Vázquez, el municipio de Avilés, de 84.500 habitantes, es uno de los que más tiene dominado el tema. Como en gran parte de las grandes ciudades del mundo y la Capital sanjuanina, desde hace tiempo que implementaron un mecanismo de cobro a los que estacionan en la calle. Instalaron parquímetros que son administrados por una empresa privada que le paga a la comuna un canon y hay tres zonas habilitadas, de acuerdo al límite de tiempo de permanencia permitido a los automovilistas.
En Toluca, México, las autoridades políticas desalientan el ingreso en vehículos al punto neurálgico de la ciudad. ¿Cómo? No permitiendo estacionar. En ese distrito hay cerca de 1 millón de habitantes y según dijo la regidora Claudia Ruiz Bastida, “como se ha acelerado el problema del tránsito y el estacionamiento, lo que estamos buscando es que no se estacione en la vía pública, por ejemplo en el centro histórico de la ciudad directamente está prohibido”.
En el municipio de Río Grande, en la provincia de Santa Cruz, (tiene 100 mil habitantes) ya hay zonas donde se abona un monto de dinero por usar la vía pública para estacionar y el plan de la gestión del intendente, Gustavo Melella, es aplicar una nueva modalidad. Contó que está en marcha una licitación para instalar los aparatos que mediarán el tiempo de permanencia y que el sistema lo administrará la comuna.
A juzgar por lo que dicen los protagonistas, en Europa parece haber una ventaja que es clave para lograr un ordenamiento no solamente del estacionamiento, sino también de otras cuestiones que atañen a los municipios, como el manejo de la basura. “Allá tienen más conducta ciudadana”, aseguró Colombo en una suerte de autocrítica tras visitar en 2013 España. Roa, por su parte, señaló que “en nuestra ciudad hay muchos problemas con la responsabilidad ciudadana y eso hace más difícil las cosas”.