San Juan, 29 de septiembre.- Juan Carlos Turón está en su domicilio particular esperando a la Policía Federal que lo detengan, teniendo en cuenta que desde hace casi un mes que se libró un pedido de captura.

El excomisario le contó a DIARIO DE CUYO que la decisión de entregarse la tomó luego que le embargaran los bienes a distintos miembros de su familia: ”Mi mamá tiene 90 años y le embargaron la jubilación, cobra la mínima”, dijo.


Turón contó que estos días hizo ”toda su vida normal”, que fue al cajero o hacer las compras; ”nadie me vino a buscar".

Además, volvió a manifestar su inocencia, al asegurar que el era un joven recién ingresado a la Fuerza en las fechas que se dieron los delitos que se lo acusan. ”Nunca tuve una queja y ahora estoy en esta. Es todo muy raro, muy raro”, dijo Turón.

La acusación que pesa sobre el excomisario

Como adelantó DIARIO DE CUYO, el pedido de detención contra Turón, ordenado por el juez federal Leopoldo Rago Gallo, se inscribe en la causa por delitos de lesa humanidad que complica a expolicías sanjuaninos, la mayoría con participación en el área de inteligencia de la Fuerza, que actuaron en la década de los ‘70.

La función de esta oficina, conocida como el D-2, era realizar tareas de inteligencia de la actividad que llevaban adelante los dirigentes políticos y sindicales, vinculados en su mayoría a la organización Montoneros. La presunción es que hicieron rastreos y colaboraron en la detención y luego en las sesiones de interrogatorio, que incluían golpes y torturas a los detenidos.