Si bien el kirchnerismo perdió la mayoría en las dos Cámaras del Congreso y el propio Néstor Kirchner no cantó victoria en Buenos Aires, donde se presentó como candidato a diputado nacional, el oficialismo se convirtió en la fuerza política que más votos sacó en el país, con el 28,58 por ciento de los votos positivos.

Pero no fue un triunfo contundente, ya que el Acuerdo Cívico Social se ubicó segundo, con el 27,36 por ciento, a solamente 1,2 puntos de diferencia. Y la tercer fuerza que completó el podio fue la Unión PRO, que obtuvo el 17,61 por ciento de los sufragios.

En las encuestas previas a los comicios, se aguardaba que el kirchnerismo obtuviera aproximadamente un 35 por ciento de los votos, 10 puntos más que el Acuerdo Cívico Social. Los datos de ayer mostraron una diferencia menor a 2 puntos.

Si bien el oficialismo se impuso en 17 de los 24 distritos electorales, fue clave para esta elección tan reñida el hecho que no ganó en ninguno de los 5 distritos más nutridos del país, donde se concentró nada menos que el 67,8 por ciento del electorado nacional: Capital Federal (9 por ciento del total del país), Buenos Aires (37,2%), Córdoba (8,8%), Santa Fe (8,5%) y Mendoza (4,3%).

Si bien no ganó en la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo obtuvo allí el 43 por ciento de todos sus votos. Y el sector que más sufragios le aportó fue el Gran Buenos Aires: se impuso en 14 de los 23 partidos que componen el conurbano, con un promedio de 1 voto recibido cada 3 electores. En grandes ciudades del interior de dicha provincia, el electorado baja.

La clave de la buena elección del PRO se asienta justamente en Buenos Aires y en lo conseguido en Capital Federal, mientras que el Acuerdo Cívico y Social además de hacer una buena elección en Capital y Buenos Aires se hizo muy fuerte en los tres distritos que le siguen: Santa Fé, Córdoba y Mendoza. Aquí tampoco obtuvo una perfomance aceptable el oficialismo, por lo que en el total nacional la coalición se acercó tanto a la primera minoría.

La razón para el avance de los cívicos está marcado por el territorio: tuvo sus mejores registros en los sitios donde el impacto de la crisis agrícola se sintió más fuerte. Y en consecuencia, los grandes bastiones electorales de este sector se registraron en las ciudades chacareras del interior de las provincias de la Pampa Húmeda.

Otro dato que también tuvo su influencia fue la estrategia del PRO de no presentarse en esos dos grandes distritos nacionales como Córdoba y Santa Fé. De esa manera, se evitó fragmentar el voto de los sectores opositores al gobierno, que en otros distritos se presentó por separado y permitió que el oficialismo se impusiera.

Sintetizando, el oficialismo cayó con dos rivales en dos sectores diferentes: el PRO en Buenos Aires y Capital Federal; y el Acuerdo Cívico y Social en Mendoza, Córdoba y Santa Fe. Si logró, por poco margen, quedarse con la primera minoría, fue gracias a los pequeños aportes que recibió del resto del país.