Recuerda cada detalle, cada fecha, cada persona que lo acompañó en semejante tarea. Agil, lúcido, capaz de volver a subirse a una camioneta y recorrer los lugares más inhóspitos para descubrir nuevos caminos. Como si tuviese un GPS incorporado en su cuerpo, no duda en descubrir la quebrada adecuada para construir una nueva ruta. Este talento especial es lo que hizo que a Miguel Yolando Carmona se lo conozca como el hacedor del Paso de Agua Negra. Fue este ingeniero, que hoy cumple 85 años, el que buscó Leopoldo Bravo cuando era gobernador de la provincia para hacer el camino que uniría San Juan con el Océano Pacífico. Poco menos de un año tardó Miguel, más conocido como El Negro, en abrirse paso por la cordillera de Los Andes, para comunicar esta provincia con Chile. Así, el 1 de marzo de 1965, el camino quedó oficialmente inaugurado. La movilidad de DIARIO DE CUYO, un Jeep de tracción simple, fue el primer vehículo en recorrer este camino.
A la hora de hablar del paso, Miguel no duda en sacar recortes amarillentos de diarios viejos y fotos en blanco y negro. Desparrama todo el material sobre la mesa para no olvidar ningún dato. Aunque también estuvo al frente de la construcción del Acceso Sur, el Autódromo El Zonda y la Avenida de Circunvalación, el camino de Agua Negra es como su niña mimada. "Fue una obra faraónica que impulsó Bravo ni bien asumió la gobernación. El convenio internacional se firmó un 24 de marzo de 1964 y el camino se inauguró el 1 de marzo de 1965", cuenta Miguel. La tarea se hizo a contrarreloj. No importó el invierno, ni los temporales. En una época en que la maquinaria era precaria y no había abrigo térmico como sucede hoy, el ingeniero recuerda cómo eran las jornadas de trabajo. "No existía el calendario ni el reloj. Se trabajaba por objetivo y los hombres cumplían. Amaban lo que hacían", asegura. Los obreros y técnicos encargados de abrir el camino, tuvieron que soportar temperaturas de más de 20 grados bajo cero y lidiar con una altura de 4.700 metros. A pesar de ello no hubo que lamentar accidentes graves. Hubo sectores casi imposibles de penetrar. Es por eso que este hombre recuerda como héroes a quienes lo acompañaron en la tarea. Algunos nombres que le vienen a la memoria son el chofer don Bazán, Orlando Bruna, Angel Moya, Eduardo Varas y Gonzalito Varela. "Sin duda me quedan muchos en el tintero, que ahora no me vienen a la cabeza, pero sin ellos nada hubiese sido posible", dice Miguel. A pesar de los obstáculos y las inclemencias climáticas, a fuerza de topadora, picos, explosivos y palas, pudieron marcar el camino, que desde entonces no fue modificado y es mantenido por la provincia.
Esta tarea fue llevada a cabo mientras Miguel era el director de Vialidad Provincial, un cargo que ocupó durante más de 15 años, desde 1964.
A Miguel lo pone contento que la gestión actual haya tomado como bandera el Paso de Agua Negra y la importancia que tiene el Corredor Bioceánico. Dice que las cosas cambiaron mucho, ya que cuando tuvo que encarar la obra, hace más de 40 años, no tenía ni el apoyo del gobierno nacional, ni el chileno, como sí sucede ahora. "En aquella época hablábamos del corredor Bioceánico y de la importancia de tener otra salida al Pacífico, además de Mendoza. Esto hizo la situación con la provincia vecina fuera tensa, pero igual nos abrimos paso", agrega el ingeniero, que cada vez que va a Chile, lo hace por el camino que él abrió. La apertura de este camino hizo que Miguel se hiciera de muchos amigos chilenos. Hace seis años, cuando se cumplieron 40 años de la apertura oficial del Paso de Agua Negra, fue declarado Ciudadano Ilustre en ese país. Una mención similar recibió en San Juan, por parte de la Municipalidad de la Capital. Ambas plaquetas se encuentran expuestas en el comedor de su casa, junto a las fotografías de sus hijos y nietos.
La ejecución de un camino por Agua Negra tuvo sus detractores. Sin embargo, ante cada punto en contra, Miguel siempre defendió esta decisión. "Si bien en el límite se llega a una altura de más de 4.700 metros y la nieve corta el camino por lo que es imprescindible la apertura de un túnel, los otros sitios posibles en los que casi no nevaba, eran difíciles de abrir. Agua Negra tuvo la ventaja de poseer un 80% de material removible, lo que hizo más fácil la apertura del camino", dice.
Un buscador de caminos innato, dice que hay cosas que no se aprenden en los libros. Que hay que caminar, subir montañas y mirar la naturaleza. Ese es el secreto para Miguel, que además fue quien dijo por dónde tenía que construirse la ruta 150 que va desde Ischigualasto, por la quebrada Agua de la Peña, que está ahora en plena ejecución. Miguel recorrió el lugar y le llevó menos de 5 horas determinar por dónde tenían que abrir el camino. Lo hizo a pedido de Vialidad Nacional y su estrategia fue seguir el curso del agua del río y la orientación de los yuyos.

