El fuerte surgimiento de una nueva realidad en el Congreso, la aparición sorpresiva de los "ni oficialistas, ni opositores" dio vuelta todos los cálculos y convirtió en impredecibles las relaciones de poder en la Cámara Alta.
Hasta este fin de semana, hubo al menos cuatro legisladores que apelaron a esa definición para cambiar de bando y desequilibraron la situación de empate permanente que tiene el Senado desde la renovación legislativa que siguió a las elecciones del 28 de junio.
Con la posición de "ni oficialistas, ni opositores", ("Ni-ni", para simplificar la expresión), la justicialista disidente santafesina Roxana Latorre y la ex frepasista rionegrina María José Bongiorno, dijeron que se sentían senadoras opositoras, pero iban a votar a favor de la aprobación del pliego de Mercedes Marcó del Pont. Más todavía, ratificaron su lealtad a los principios que dieron origen al conglomerado opositor y aseguraron que estarán votando con él en muchos de los proyectos ya presentados y otros que hay en etapa de pulimento.
No fueron los dos únicos casos: la semana pasada, los dos senadores justicialistas de La Pampa, Carlos Verna y María Higonet, que habían convertido al sector no-K en una mayoría de 37 senadores cuando tomaron distancia definitiva del bloque del oficialismo, volvieron a proclamar su independencia al firmar el proyecto de ley para crear los fondos de Desendeudamiento, que habían nacido de un DNU de cuestionada legalidad. La iniciativa fue recibida con júbilo incluso por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se apresuró a definir que pedirá a los legisladores K que lo respalden.
Pese al gesto que beneficia al gobierno, Verna e Higonet insistieron en su credo opositor y en mostrarse a favor del rechazo al pliego de Marcó del Pont, tanto como en la discusión del proyecto de coparticipación de la totalidad del impuestos a los cheques, que beneficiará a las provincias y además secundarán las iniciativas a favor de cambios en el INDEC.
Al contrario de los opositores "ni-ni" que tomaron posiciones a favor del gobierno en un tema, otros tres legisladores que se proclamaron independientes han secundado al oficialismo en todas las etapas de enfrentamientos con la oposición en el último mes.
Los fueguinos José Martínez y María Díaz y el neuquino Horacio Lores lamentaron en su primer discurso del año, en la sesión preparatoria del 24 de febrero, que ninguno de los dos grandes conglomerados políticos los hayan consultado ni les preguntado si querían integrarse a algunas de las 26 comisiones del cuerpo. Hoy quedaron fuera de todas.
Sin embargo, Martínez, Díaz y Lores siguieron a pie juntilla la estrategia oficialista cuando de sorpresa la bancada-K se retiró del recinto el 24 de febrero para evitar que los opositores lo derrotaran en el debate por la integración de las comisiones. También se opusieron a la distribución de cargo en la sesión siguiente y se sentaron en los asientos para dar quórum, cuando el oficialismo buscó el último jueves la aprobación del pliego de la presidenta del Banco Central.
Por cada semana que pasa, nuevos "ni-ni" se suman a algún proyecto oficial y destruye las expectativas opositoras. Las diferencias numéricas entre el kirchnerismo y la oposición son tan estrechas y las distancias tan cortas que basta con que sólo uno cruce la vereda para cambiar el resultado de la pulseada.