Jorge Olivera, quien tiene dos condenas como jefe de la represión ilegal durante la última dictadura, le había solicitado al Tribunal Oral Federal la autorización para ir a un gimnasio, día por medio, por el lapso de una hora y media cada jornada, para combatir el sedentarismo, pese a que se encuentra con prisión domiciliaria. Sin embargo, los jueces Daniel Doffo, Eliana Rattá y Carlos Lascano le rechazaron el planteo porque, entre otros puntos, resaltaron que lleva adelante su detención en una casa que "cuenta con el espacio suficiente, instalaciones y ambientes como patio, garaje, pileta, etcétera, que le proveen la posibilidad de realizar el ejercicio físico que su estado de salud requiere, sin la necesidad de tener que trasladarse a un sitio distinto".

El fiscal Francisco Maldonado también se había opuesto a la solicitud de Olivera al recordar que cuenta con dos castigos a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, que está enfrentando el tercer megajuicio y que "se mantuvo prófugo en dos oportunidades, de las cuales, una de ellas fue a sólo 21 días de haber sido condenado", por lo que, de concederle el beneficio, existe lo que se denomina riesgo procesal porque podría volver a escaparse.

Los magistrados del TOF, además, resaltaron en su negativa que "tampoco puede dejar de tenerse en cuenta el dispendio innecesario de recursos de las fuerzas de seguridad para efectuar los traslados solicitados".

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