Los empleados contratados de Chimbas, Santa Lucía, Caucete, Sarmiento, Ullum, Jáchal y Calingasta, por ahora, no se han visto beneficiados con aumentos en sus sueldos. Los intendentes reconocieron la importancia de las tareas que desempeñan los trabajadores temporarios y la mayoría no descartó un incremento económico en los próximos meses. Ese lote de jefes comunales sí le entregó una suba a la planta permanente municipal (a excepción de Calingasta que aún está negociando con el personal), pero tras el aumento destacan que carecen de recursos y que las arcas están al límite.

Todos los departamentos contaron con una partida especial que se desprendió de un fondo de casi 40 millones que dispuso el Gobierno para que le hicieran frente al reclamo salarial del personal efectivo. Por lo bajo y sin grabadores encendidos, muchos de los intendentes se han quejado porque no les ha alcanzado y han tenido que poner dinero propio para llegar o acercarse al incremento del 25 por ciento para sus trabajadores, que es la cifra que fijó el Ejecutivo provincial para la administración pública central.

Las comunas que sí pudieron elevar el monto de lo que ganan sus contratados, en porcentajes que van del 20 al 25 por ciento, fueron Capital, Rivadavia, Rawson, San Martín, Iglesia, Pocito, 9 de Julio, Valle Fértil, Zonda, Albardón, Angaco y 25 de Mayo, según manifestaron sus intendentes.

La relación laboral que une a un empleado temporario con el municipio es a través de la firma de un contrato, en el que se establece qué tipo de tareas va a desempeñar, el plazo de duración y lo que va a cobrar. Este tipo de trabajadores cumplen actividades en casi todas las áreas de la comuna y entre ellos se cuentan profesionales, administrativos y obreros (ver foto).

Frente a este cuadro, en el lote de los jefes comunales que no pudieron darle un aumento a los contratados, Alberto Hensel, de Sarmiento, resaltó que “es necesario recomponer su situación. Es un tema pendiente de resolución y estamos evaluando un aumento”. En ese sentido, Jorge Barifusa, de Jáchal, expresó que “la idea es entregar un incremento”, pero a su vez admitió que “no sabe para cuándo” ya que “tengo que ajustarme mucho”.

En Chimbas, Mario Tello señaló que “por ahora no tengo pensado una suba”, debido a que, según explicó, firmaron el contrato a principios de año donde se estableció lo que iban a percibir. De todas formas, al igual que sus pares, dijo que no tiene recursos para la erogación que implica alrededor de 310 contratados. Por su parte, Juan Elizondo, de Caucete, indicó que no tiene fondos para financiar un aumento para los cerca de 40 empleados temporarios, pero que de todas formas lo están estudiando y para ello están buscando una ayuda del Gobierno y fondos propios.

En el caso de Ullum y Santa Lucía, dos comunas dominadas por el basualdismo, sus intendentes en varias ocasiones señalaron que recibieron una pesada herencia de sus antecesores. Así, Daniel Albarracín, al frente del municipio ullunero que tiene unos 30 empleados bajo ese régimen, aseguró que “por ahora es imposible, no me alcanza la plata”, mientras que su colega santaluceño, Marcelo Orrego, en cuya comuna hay 780 contratados, resaltó que “lo estamos analizando con la gente de Hacienda”, aunque admitió que “nos va a costar mucho”. Con respecto a Calingasta, su situación es más delicada dado que aún no arregla el salario de la planta permanente y su intendente, Robert Garcés, afirmó que la plata que le dio la provincia alcanza para sólo darle un 16,5 por ciento.

En el otro extremo, Rawson, Rivadavia, Pocito y 9 de Julio dieron un 25 por ciento de incremento a los contratados; San Martín y 25 de Mayo un 23 por ciento; Capital, Albardón y Angaco, un 20 por ciento; Zonda entregó una suma de 400 pesos; Iglesia una cifra que va de 100 a 200 pesos y en Valle Fértil se otorgó un monto de 100 pesos de asistencia solidaria.