La interna de la CGT explotó y fue de la peor manera. En la cena de fin de año se desató un fuerte escándalo que derivó en gritos, insultos, amenazas y algunos hablan también de piñas.

El titular de ATSA, Alfredo Duarte, aseguró que todo empezó cuando Gabriel Pacheco, diputado y adjunto de UPCN, lo insultó y lo encaró para pegarle arengado por el jefe de la CGT, Eduardo Cabello. El legislador lo negó rotundamente, pero otro gremialista reconoció que se dijeron de todo, que hubo forcejeos y que casi se van a las manos. Todo terminó en la renuncia del sindicato de la Sanidad a la central obrera.

El hecho sucedió a fines de diciembre, en la cena que la CGT y las 62 Organizaciones -la pata política de la central de gremios- celebraron en un camping para despedir el 2010 con José Luis Gioja como invitado especial. Y si bien ninguno dijo por qué se pelearon, todo indica que fue por un cúmulo de diferencias políticas que se tejen desde hace tiempo y que venían contenidas en una olla a presión que terminó estallando en un hecho bochornoso.

Según Duarte, que además es el Adjunto de las 62 Organizaciones, "Pacheco vino, me empezó a insultar, hizo un ademán de quererme pegar y no le fue bien, porque los muchachos lo coscacharon". El dirigente no quiso dar más detalles, pero aseguró que se limitó a responder los "agravios" y no las agresiones físicas, porque "es un atrevido y un mal educado".

Pacheco afirmó desconocer el altercado y, sin nombrarlo, se preguntó si Duarte "se habrá tomado algunas copas de más". Sin embargo, un dirigente que prefirió mantenerse en reserva confió que el hecho existió y que Gioja ya se había ido. Contó que Pacheco lo encaró, que se insultaron, que el diputado le apoyó una mano en la cara y negó que lo hayan "coscachado".

Los principales dirigentes de ATSA, que dicen tener unos 5 mil afiliados entre jubilados y activos, se reunieron al otro día y resolvieron pegar el portazo en la CGT, aunque siguen en las 62 Organizaciones. El sindicato de la sanidad se convierte así en la primera deserción desde la unificación cegetista en San Juan, que incluye a casi 70 gremios del sector privado y estatal.

Ni Duarte ni Pacheco quisieron hablar de los problemas de fondo. Lo cierto es que entre los dos sindicatos hay una larga historia de desencuentros. El último fue por la reciente constitución del frente de gremios estatales, a la que se sumó ATSA. En UPCN cuestionaron el armado y se mantuvieron al margen, sobre todo porque entre los impulsores está el SUOEM, que le lanza permanentes ataques por la representación en los municipios.

Antes, ya se habían sacado chispas. Duarte aseguró que cuando el actual titular de UPCN, José Villa, era diputado provincial, "ellos votaron el recorte de sueldos del 25 por ciento en la época de Escobar y la derogación de la jubilación". A él le enrostran que en su época de legislador (2003-2007), no resistió la derogación del estatuto de los empleados de la sanidad.

En 2008, quedaron en veredas distintas por la normalización de la CGT. Mientras la mayoría de los sindicatos quería que se llamara a elecciones para consagrar una conducción con legitimidad, Duarte apoyó la continuidad de Julio César Godoy, que no había sido electo en las urnas. Finalmente, asumió una fórmula consensuada con Cabello a la cabeza.

También hay razones partidarias y electorales, que hacen más amplia la disputa. En la CGT no cayó bien que Duarte aceptara sin consultar con el resto de la dirigencia la candidatura a diputado nacional suplente del PJ en 2009. Le endilgaron jugar por interés personal y no por el bien de la estrategia de la central obrera.

Tras aquellos hechos, Cabello y Duarte mantienen una relación distante. Incluso, el líder de la sanidad lo incluyó entre los responsables del escándalo de la cena. Lo acusó porque en su discurso "hizo una arenga que ayudó a que pasara lo que pasó". Cabello tenía ayer su teléfono apagado y no puso ser ubicado por este diario.