Con la muerte de Ángel Leotta, el mundo vitivinícola sanjuanino perdió a uno de sus más encumbrados dirigentes. Falleció ayer por la tarde y desde su entorno contaron que sufría una dura enfermedad que había deteriorado su salud y que obligó en los últimos días a internarlo. Además de empresario, era el presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan y uno de los dos vice de la Coviar, entidad que años atrás le tocó comandar.

Sus colegas y amigos reconocen en Leotta a un hombre que defendió con uñas y dientes la actividad, de la mano del sentido común para abordar las problemáticas que la industria acarrea en cada vendimia. Además, muchas veces resultó un nexo entre el empresariado y los gobiernos de turno, promoviendo el diálogo en pos de soluciones ante temas coyunturales.