En Capital, el clima entre las autoridades y el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOEM) sigue en ebullición. Ayer se sumó un nuevo capítulo al fuerte enfrentamiento vigente (ver aparte), al conocerse que el intendente Marcelo Lima, el jefe de Gabinete Mario Herrero, y el secretario de Gobierno de la comuna Ricardo Pintos, analizan iniciarle al abogado del gremio, Antonino D’Amico, querellas por injurias y calumnias, por dichos y escritos de autoría del sindicalista.
Ayer, Pintos dijo que "nosotros estamos un poco acostumbrados a que D’Amico permanentemente no sólo apreciaciones por parlante sino por escrito. En ese sentido, yo personalmente voy a analizar si daña el honor hacia mi persona. Si así lo hiciese, analizaré si voy a accionar sobre el doctor D’Amico". Según fuentes calificadas, el intendente y el jefe de Gabinete también estudian presentaciones judiciales.
El desencadenante para que las autoridades sientan ofendido su honor fueron dos hechos. Uno es un escrito presentado esta semana por SUOEM -que además de D’Amico, firman el secretario general Pascual Manchineles y la tesorera Berta Romero- donde piden la nulidad del traslado de Ramón Sarmiento, miembro de la Comisión Paritaria.
Más allá del pedido, el documento, en un párrafo titulado "recuerdos del pasado y del presente", se dirige a Lima asegurando que "usted pretende aplicar la técnica de imponer miedo a los trabajadores, atacando a sus dirigentes. En la Municipalidad de la Capital fue público y notorio, durante la administración Coll, el intento de asesinato del secretario gremial con un puntazo en el corazón que falló por un centímetro y medio. El señor intendente lo recordará, pues fue secretario de Gobierno en ese momento". En el escrito también figura un apartado titulado "El César tiene la culpa", donde habla de "imponer la Ley Marcelar a la planta esclava".
El segundo hecho, es que el martes, según dijo Pintos, D’Amico se presentó en el primer piso del municipio donde funciona el despacho del intendente gritando cosas contra los tres funcionarios.
Fuentes municipales aseguraron que durante el episodio, una empleada, cansada de que el gremialista le gritara en la cara, lo empujó para que se le alejara, lo que fue un momento de tensión en la entrada de la oficina privada de Lima.
Pintos dijo sobre el hecho que "él siempre viene a la oficina del intendente, viene solo y empieza a gritar en el primer piso a ver si hay gente. Y si hay, empieza con su show. Alguna empleada le dijo que la deje trabajar, en cuyo caso él le empezó a gritar y se le acercó mucho como increpándola, ella se retiró y me comunicó que el doctor D’Amico la amenazaba. Nosotros le hemos dicho que le vamos a garantizar el derecho a trabajar y por lo tanto le hemos pedido que nos comunique fehacientemente el incidente".